Crédito: 03442
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Se trata de Osvaldo Javier Salazar, de 30 años, un cartonero que vive en la zona del asentamiento de La Escondida, quien es representado legalmente por el defensor oficial, doctor Nicolás Gazali.
"Salazar, esa madrugada, ingresó a la propiedad de De Bravandere donde mediante el empleo de un cuchillo, le realizó una herida al ternero, para causarle la muerte y apoderarse del mismo. Esto fue advertido por el propietario, que al encontrar al intruso, este se le abalanzó sobre el dueño del ternero. Ante la reacción agresiva, De Brevandere se defendió y disparó con una carabina 22, impactando en el brazo izquierdo con orificio de entrada y salida y un orificio de entrada en el muslo del mismo lado. Así fue reducido con la ayuda de otros vecinos que fueron al lugar, dando aviso a la Policía que secuestró un arma de fuego calibre 32 que portaba el imputado. Cuando Salazar era trasladado en la caja del móvil policial al hospital, este intentó escapar y se trabó en lucha con el funcionario que lo llevaba, provocándoles lesiones por mordeduras en mano y la axila que resultaron ser lesiones leves", detalló el fiscal. Señaló que la probabilidad de autoría estaba prácticamente demostrada y aseguró que había riesgos de fuga y de entorpecimiento, máxime teniendo en cuenta el intento de escapar y el hecho de que vive cerca de los damnificados, agregando que este podría recibir una pena de cumplimiento efectivo, debido a que ya cuenta con una condena anterior unificada por varios delitos, de 3 años y seis meses que ya cumplió, por lo que solicitó la prisión preventiva por el plazo de 45 días.
A su turno el defensor, se opuso a la medida y solicitó la libertad de Salazar, destacando que no se le pueda atribuir a su cliente la tenencia de un arma de fuego, ya que ese revolver no fue encontrado en su poder y tampoco la resistencia a la autoridad, ya que le era imposible forcejear con la herida de bala que presentaba, lo que quedó demostrado que ni podía subir las escaleras para ir a Tribunales, dando a entender de qué bien se pudo argumentar esto para justificar las lesiones que su representado tiene, producto de una golpiza, que bien pudo ser propinada por quienes lo detuvieron o sorprendieron.
Gazali solicitó la libertad argumentando además que él vive con su madre discapacitada y es único sostén y que no podría enternecer la causa o amedrentar a las víctimas, máxime sabiendo que estas pueden estar armadas.
Tras los alegatos, la doctora Bruzzo hizo un análisis de lo narrado por las partes, considerando que se hacía necesario mantener al imputado bajo prisión preventiva, disponiendo que esta se por el plazo de 40 días.
