"No veo un escenario de reapertura de paritarias. Todos los gremios que ya cerraron lo han hecho en absoluta libertad de negociación y han obtenido las mejores condiciones posibles para sus representados", le dijo al diario Ámbito Financiero el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor. El funcionario respondió así a las advertencias crecientes de dirigentes. Por caso, ayer mismo Pablo Moyano, hijo mayor de Hugo y su lugarteniente en Camioneros, confirmó que "hay varios gremios que están pidiendo la reapertura de las paritarias".
En diálogo con radio Del Plata, el hijo mayor de Moyano le dio aire a la chance de una nueva discusión paritaria antes de fin de año como compensación de la inflación acumulada, y protestó por entender que "la administración de Macri gobierna para un solo sector".
En cambio, para los funcionarios la reapertura no es una opción y, en cambio, impera entre ellos el optimismo: "La inflación va descendiendo y las expectativas son buenas", amplió Sabor para dar a entender que los gremios respetarán los plazos de los acuerdos alcanzados este año. Hasta ahora, y desde 2004, nunca se produjo una masiva renegociación de las paritarias y sólo hubo discusiones puntuales sobre eventuales compensaciones de fin de año o para enero, bajo el formato de bonus o adicionales no remunerativos.
De hecho, en el equipo económico atribuyen las advertencias más a una necesidad de mostrar dureza ante los afiliados que a una vocación concreta por sentar a la mesa de negociaciones a los empresarios para reabrir las paritarias. En este punto lo relacionan con los movimientos de cada sector de la CGT con la fusión inminente en vista. En el caso de Pablo Moyano, un funcionario dio por seguro que más allá de sus declaraciones no irá en contra de un acuerdo alcanzado por su propio padre hace pocas semanas, que totalizó en cuatro cuotas una suba del 37 por ciento.
Macri tiene previsto, como compensación, la presentación del proyecto oficial de modificación del Impuesto a las Ganancias, que impacta con particular fuerza entre los trabajadores del sector. Se trata, entre Ganancias y fondos de las obras sociales, de los puntos centrales de la paz social que el Ejecutivo espera pautar con el sindicalismo peronista.