Así, con la intención de recaudar 200 pesos y poder comprar los alimentos para la cena, salió a manejar el remís. Quería cumplir con su tarea como sostén de familia, y que sus hijas de seis y 12 años pudieran tener un plato de comida en la cena.
Con su trabajo había logrado juntar unos pesos y se comunicó con su mujer. Le dijo que ya tenía para la comida, así que en un rato volvía a su domicilio. Pero nunca llegó.
Incluso, el propietario de la empresa de remises San Cayetano, Mario Barreto, relató que "vendía tortas fritas en el Parque Urquiza. El esfuerzo para él y la familia era gigante". Eduardo López, hermano de Julio, el remisero asesinado el pasado martes, destacó que la empresa de remis en la que trabajaba Julio, está continuamente asistiendo a la familia.
"Tanto los compañeros de mi hermano, como propietarios y la empresa en sí, está continuamente asistiendo y conteniendo a la familia", afirmó el familiar del trabajador asesinado. Consultado sobre los dichos del padre de la menor involucrada en el crimen de Julio López, cuya declaraciones a Radio La Voz, busco desestimar la participación de dicha joven en el crimen, Eduardo Lopez sostuvo que: "es poco creíble que la chica no haya sabido que su novio tenía un arma en la cintura y que hoy con pedir disculpas no alcanza".
"Mi hermano, me había llamado hacia 20 minutos antes del asalto, luego llamó a mi cuñada, le dijo levanto pasajeros en coto, termino el viaje y voy para casa".
"La familia está destrozada, mis sobrinos de 9 y 12 años se quedaron sin padre", sentenció Eduardo.