La campaña lanzada por su familia para divulgar su pedido había llegado a distintos puntos del país, despertando una solidaridad ejemplar en gran parte de la ciudadanía.
Justina padecía una cardiopatía congénita. Se la descubrieron cuando tenía un año y medio. Desde entonces vivió normalmente, con medicación y tratamiento. Pero hace algunos meses empezó a padecer descomposturas, dolores de cabeza, náuseas. Fue así que la internaron en la Fundación Favaloro y diagnosticaron la necesidad de un trasplante urgente.
Cuando Justina entró en la lista de espera para un corazón en el Incucai, le pidió a su familia lanzar una campaña para concientizar sobre la importancia de donar órganos. Su papá, Ezequiel, la ayudó a crear la campaña "Multiplicate por Siete" que se viralizó con el hashtag #LaCampañaDeJustina. "El concepto detrás del nombre es que si uno es donante, su vida se multiplica por siete al momento de partir", explicaron.