Sociedad Tecnología

Los chicos se "escapan" a redes sociales alternativas

Son sitios nuevos, con menos restricciones, donde pueden actuar desde el anonimato. En uno de ellos, Voxed, la adolescente que se suicidó en un colegio de La Plata había dejado un aviso. Cómo advertir si son peligrosas.
Las redes sociales parecen ser el ámbito natural de los niños y adolescentes, porque han crecido junto a ellas y consideran que relacionarse mediante ellas es parte de la socialización que acompaña su paso a la vida adulta.

Pero así como son parte de su cotidianidad se transforman en una preocupación para sus padres y el entorno familiar.

Todos admiten que es muy difícil "seguirles el ritmo" a los chicos respecto a cuál es la que están utilizando hoy, ya que mañana podrían irse a otra. Esto provoca que no siempre se atiendan sus pedidos de ayuda o simplemente, su necesidad de hacerse escuchar, como ocurrió con la adolescente de 15 años que se disparó en una escuela de La Plata (murió días después), que había anticipado su suicidio en la casi desconocida red social "alternativa" Voxed.

En esa misma plataforma Los Andes encontró otro mensaje inquietante: "Ayuda. Quiero acudir a un profesional, pero me siento incómodo. Me siento solo y aislado a pesar de que sé que no lo estoy. El único motivo por el cual no me suicidé todavía es porque para mis viejos sería un dolor terrible, pensar que fallaron como padres", escribió un usuario anónimo.

Por sus palabras, se presume que es un adolescente que, evidentemente, pide ayuda. Su mensaje cierra así: "Quiero hacer algo para mejorar. Con el tiempo cada vez empeoró más.

¿Qué hago?

El suicidio adolescente no es un tema nuevo pero sí se resignifica con la proliferación de estas redes sociales "under" orientadas a compartir entre pares intereses comunes o evacuar inquietudes que, amparados en el anonimato, son más fáciles de preguntar sin temor al rechazo o a quedar en ridículo, según especialistas.

En estas redes los usuarios tienen un lenguaje propio, como en Voxed donde quienes no participan son "normie" (normal) y quienes intercambian mensajes "anon" (por anónimos).

La participación de los adultos en Facebook, Instagram o Twitter es cada vez mayor, por lo que muchos adolescentes buscan alternativas que, muchas veces, los llevan a crear perfiles falsos en plataformas de la "internet profunda" (deep web), sitios difíciles de encontrar con un simple "gugleo" y, por lo tanto, desconocidos para la mayoría.

"Mi hijo tiene redes sociales pero las usa de manera restringida. Recién empezó a utilizar Facebook, WhatsApp y algunos juegos on line, aunque le gustaría tener todas las redes. Si usa otras, no es con mi consentimiento", reconoce Verónica (42).

"Acordamos que yo no le stalkeo nada, ni me meto en sus cosas, siempre y cuando podamos hablar todo lo que sucede en persona. Charlamos de bullying y de gente que le habla y no son sus amigos", agrega.

Realidad virtual

Como se dijo, seguir a los adolescentes en su travesía por las redes sociales es complicado. Sobre todo porque todo el tiempo nacen nuevos sitios donde pueden participar de la virtualidad. A ello se le suma la posibilidad de "habitar" espacios restringidos, con un administrador que determina quién puede estar en el grupo y quién no.

Así, los especialistas señalan que los grupos de WhatsApp o Telegram, que son servicios de mensajería instantánea devenidos en redes sociales, son los nuevos nichos que los adolescentes eligen para compartir su tiempo con otros. Lo mismo sucede con Facebook e Instagram, ya que brindan la posibilidad de abrir grupos restringidos.

"El tema es que no hay control de acceso a la tecnología, a lo que se suma el tiempo de ocio de los chicos dedicado a las redes, y que progresivamente van perdiendo actividades del mundo real, como hacer deportes, arte o la vida doméstica de la cual forman parte", explicó Jorge Chávez, a cargo del área de Prevención de Ciberdelitos del Ministerio de Seguridad y coordinador de los talleres y charlas que se dictan en las escuelas.

Según advirtió, "perseguir" a los chicos por las redes sociales y el contenido que publican es casi imposible, por lo que conviene estar atentos a otros signos: "Hay que prestarle atención al comportamiento, a los cambios repentinos, a la interacción que tienen con otros o a la pérdida de interés en cosas que antes les llamaban la atención".

Para el docente en Educación y TIC Diego Silva, la elección de una red social depende mucho del entorno del adolescente, por lo que un padre debe estar atento a los signos que muestra el grupo en donde sus hijos se mueven habitualmente.

"Lo que sucede es que cuando aparece una red social la descargan, la prueban unos días, ven la instantaneidad que tiene y sobre todo si se arma algo social. Si no cumple con eso, no participan. Porque también pasa que los chicos se mueven en redes sociales que frecuentan en su ámbito. Su realidad social se ve reflejada en lo virtual", explicó.

La internet profunda

Jorge Chávez detalló que las redes sociales pueden dividirse en dos: aquellas que son abiertas y las cerradas. En el segundo caso entra, por ejemplo, Facebook, que requiere de una acreditación, llenar un formulario o aceptar determinadas políticas de privacidad.

En las abiertas, como Voxed, no se requiere acreditar identidad y por esta razón es que son anónimas. "Las redes de este tipo, que se pueden considerar alternativas o under, eran más propias de la deep web, y es como si hubieran emergido a la superficie. Son plataformas que promueven contenido de los usuarios con políticas muy laxas. No están estructuradas como las clásicas", advirtió.

De hecho, Voxed organiza la información en "vox" -directorios de carpetas de archivos- que sirven como canal de comunicación de los usuarios, que pueden subirlo de forma anónima. Estos vox pueden ser de categorías generales como cine, deportes o juegos o bien tocar temas más sensibles, como pornografía o violencia explícita.

Y si bien la red no asume responsabilidades legales por el contenido publicado por los usuarios, sí advierte que se compromete a eliminar contenidos que los miembros del staff consideren que no se rigen por las reglas del sitio.

Cristina Iriarte, licenciada en Gestión Educativa y Social Media, dijo que en Mendoza estas redes no son muy populares, como sí lo son Twitter e Instagram.

Pero aclaró que quienes participan de una alternativa "escapan" de las tradicionales "porque no quieren estar donde están los adultos, no quieren que sus tías o sus abuelas estén en la misma red social que ellos. Y estas redes acaparan la atención de un sector que en general se siente desvalido, no tiene una red de atención que les ayude".

Chávez, por su parte, dijo que en caso de detectar indicios como el ocurrido con la adolescente de La Plata lo importante es tomarlo en serio desde el primer momento. "No hay que minimizarlo diciendo que es broma o un llamado de atención. Hay que empatizar con el chico, ponerse en su lugar. En el fondo quizás es lo que esperan".

Y aseguró que el suicidio es un tema latente en las charlas que da en las escuelas. "No se toca directamente, pero hay que motivar a que los chicos hablen del tema abiertamente, porque yo noto que hay interés. Entonces, debe haber información para que lo puedan entender, para que no lo desconozcan y para que no lo tengan como tabú".
No mirar para otro lado
La psicóloga de niños y adolescentes Elisa Mieras señaló que los adultos no deben mirar para otro lado ante una situación similar a la ocurrida con la chica de 15 años de La Plata. No desde el control -porque si un chico quiere hacer algo lo va a hacer igual- sino sabiendo detectar elementos previos.

"No cualquier chico llega al suicidio, hay que partir de esa premisa. Y no hay que subestimar las señales previas que dan los adolescentes a diario para poder actuar", dijo la psicóloga.

Además, indicó que son los compañeros quienes en general dan las primeras alertas: "Cuando suceden hechos graves, los compañeros son los primeros en sentirse responsables, pero no es así. Ellos avisan, pero no son quienes deben actuar sino los adultos, que deben acudir a los padres de quien da señales o hablarlo en la escuela".

Por ello, Mieras dijo que la escuela debe tomar un rol protagónico, tanto los profesores como los preceptores, que deben acudir a los servicios de orientación para que se les pueda dar una contención apropiada.

"A veces sucede que los chicos piden ayuda y desde las escuelas se los envía a hacer terapia, pero luego no le hacen el seguimiento al chico. Este es un tema que excede lo educativo y la escuela debe estar preparada", remarcó.

Por otra parte, dijo que los adolescentes suelen querer llamar la atención y algunos se suicidan sin haberlo querido hacer, porque la angustia del momento los supera; es decir, cometen un acto que no comprenden hasta dónde va a llegar.

"De todas formas, aunque sea una falsa alarma, hay que prevenir y actuar, porque algo quieren decir", explicó la especialista.

10 preguntas

Para incorporar a las conversaciones diarias con los chicos:
1. ¿Qué redes sociales estás utilizando? ¿Qué aplicación tenés instalada en el celular?
2. ¿Qué tipo de información intercambiás en esa red social o aplicación?
3. ¿Qué te divierte? ¿Por qué la utilizás?
4. ¿Revisaste las configuraciones de privacidad?
5. ¿El perfil es abierto o cerrado? ¿Cualquiera puede ver lo que subís?
6. ¿Cuántos contactos tenés? ¿Los conocés en el mundo físico?
7. ¿Hay algún evento que se esté organizando por la web y que podría ir gente que no conocés?
8. ¿Tenés activada la geolocalización en tu celular?
9. ¿Publicás información sensible como tu ubicación, el domicilio o la escuela a la que vas en sitios web públicos?
10. ¿Hay alguna persona que te esté molestando en las redes sociales? ¿Viste alguna agresión a algún amigo?


Fuente:Los Andes de Mendoza
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