Aseguran que "no hay pique" por la corriente y los peces se refugian debajo de árboles y arbustos, donde es imposible pescarlos, "salimos al río porque no nos queda otra. En vez de estar encerrados venimos aunque sea para dar una vuelta o hablar, nosotros vivimos de esto y los anzuelos están pelados, no vale la pena tirar nada porque perdemos todo", aseguraron.
"Niez (presidente de la delegación argentina ante la CTM) debería darnos una mano. La CTM se tiene que hacer cargo de nosotros, no hay nadie en este momento que nos ayude con algo para comer", señaló Jorge Ferreyra, uno de los pescadores, a Diario El Sol.
"Se sabe bien que cuando hay creciente no hay pesca y esto es lo único que tenemos para sostener a las familias. Nosotros queremos juntarnos, todos los que hacemos debemos estar unidos para reclamar", adelantaron.