Sociedad Sufrió un paro durante la intervención

Se sometió a una cirugía de implante mamario y quedó postrada en una cama

Una joven de 25 años se operó en octubre en una clínica de la ciudad de Rosario, pero la cirugía se complicó y desde ese día no puede hablar ni moverse. Le diagnosticaron el cien por ciento de discapacidad.
Berenice Conte cumplió sus 25 años internada y con daño neurológico. Hace siete meses se sometió a una cirugía en una clínica de la ciudad de Rosario para colocarse implantes mamarios y sufrió un paro cardíaco. Fue derivada a un sanatorio y quedó internada en estado de coma. Después de un tiempo recuperó el conocimiento y hoy vive en un centro de rehabilitación. No habla ni camina. Por reacciones nerviosas, no puede estirar las piernas ni permanecer sentada erguida. A veces pareciera reaccionar con los ojos a cosas que pasan a su alrededor. Le diagnosticaron cien por ciento de discapacidad. Su familia denunció mala praxis por parte del médico cirujano que la operó y del anestesista. Desde Fiscalía informaron que están a la espera de que una junta médica del Instituto Médico Legal brinde un dictamen para establecer si hubo o no negligencia médica.

El 12 de octubre del año pasado, a las 8.30, Marcelo Conte llevó a su hija Berenice a una clínica de cirugía plástica de avenida Francia al 300. La joven tenía pautada una operación para colocarse implantes mamarios. "Me dijeron que era una cirugía simple, que a las 11 ya la podía pasar a buscar", contó Marcelo. Pero un poco antes de esa hora recibió un llamado de su mujer, que le dijo que fuera directamente a un sanatorio del macrocentro porque Berenice estaba siendo trasladada; pero no le habían sabido decir qué pasaba.

"Llegó sin oxígeno en el cerebro. No tenía reacción de ningún tipo. Entró a la unidad de terapia intensiva con un coma profundo y estuvo así unos meses", recordó Marcelo. El diagnóstico fue un ACV isquémico (un coágulo obstruyó un vaso sanguíneo del cerebro). En ese tiempo, le tuvieron que hacer una traqueotomía para que pudiera respirar.

Berenice mejoró. Salió del coma y le sugirieron que se sometiera a una rehabilitación intensiva. Por eso hoy vive en una clínica de neurorehabilitación integral ubicada en Paraguay al 2000, donde diariamente recibe terapia fonoaudiológica para intentar que vuelva a hablar y a tragar, se alimenta por una sonda; kinesiológica, para evitar que se le atrofien los músculos y articulaciones; y psicológica.

Desde el 12 de octubre, la vida de Berenice no se acerca a lo que era. Hasta ese día, se definía como una estudiante de Relaciones Públicas. Hablaba inglés, francés y portugués. Trabajaba como recepcionista en el bar Rock and Fellers y, cuando podía, viajaba a capacitarse. Vivía con sus padres y con su hermano, unos años menor, con quien nunca se peleaba.

Hoy su hermano se turna con sus padres y una enfermera para cuidarla día y noche. Berenice no está nunca sola, porque no se puede valer por sus propios medios. No puede comer sola, no puede cambiar de posición en la cama, no puede ir al baño. Tampoco puede hablar. Desde el día de la cirugía, bajó 10 kilos y pesa 42.

Con una profesional, está desarrollando un sistema de comunicación que le requiere mover sólo un dedo para señalar lo que quiere hacer en una tabla. "No avanza mucho. La parte motriz sigue estando igual y si bien está más conectada con nosotros, lo motriz cada vez le cuesta más", dijo su papá. La conexión de la que habla Marcelo es una mirada, un beso, el contacto de una mano.

La causa

Ni bien ocurrió el hecho, la familia de Berenice, a través del abogado Miguel Antonio Gastaldi, presentó una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación. La causa quedó en manos de la fiscal Guillermina Aiello, quien explicó que está a la espera de que una junta médica del Instituto Médico Legal (IML) ponga fecha para realizar un informe médico sobre la situación de la joven. La fecha fue solicitada el 27 de abril pasado y aún no fue confirmada.

La familia de la chica denunció mala praxis por parte del médico cirujano que realizó la operación y del anestesista. Por el momento, la causa se investiga como la posible comisión del delito de lesiones gravísimas culposas, pero aún no se resolvió si los profesionales de la salud serán imputados o no por el hecho. Hasta el momento se ordenó la preservación de algunas pruebas solicitadas por la familia Conte, que no descarta iniciar, además, acciones civiles. (La Capital)
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