El reglamento contempla normativas y estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Ambiental de Estocolmo, Suecia; referentes en la temática quienes fueron partícipes en la adopción de esta tecnología en todo el mundo. En la actualidad, países como Alemania, Japón, Suecia y Estados Unidos ya utilizan estos sistemas, cuya principal ventaja radica en la no utilización de agua para su funcionamiento.
Con la aprobación de la Directriz, los baños secos se suman a los sistemas cloacales, pozos ciegos, lechos nitrificantes y letrinas entre las opciones legalmente disponibles para la elaboración de un sistema domiciliario o municipal de saneamiento.
La importancia de este desarrollo tecnológico se manifiesta en el ahorro concreto y palpable de agua: mientras que cada vez que se tira la cadena en un sistema conectado a la red cloacal o a un pozo ciego se desperdician alrededor de cinco litros de agua potable, en un baño seco no hay tal derroche. Esto es aún más vital en regiones con problemas de aridez ?es decir, casi la mitad del territorio nacional- y en vistas de uno de los datos arrojados por el Censo 2010, según el cual más de la mitad de los hogares no están conectados a la red.
Actualmente el INTI se encuentra realizando diversas tareas con el fin de divulgar esta tecnología y profundizar su implementación en el país. Se está trabajando en el desarrollo de proveedores ?con el objeto de no depender de importaciones y fomentar las capacidades locales-, así como también en la planificación de un esquema de aprovechamiento municipal de los residuos. El Instituto es el primer organismo nacional que cuenta con mingitorios secos en sus instalaciones ?cuyo funcionamiento es idéntico al de uno común- y está en proceso de construcción de un baño seco experimental, donde se realizarán más mediciones y estudios para agregar información a la bibliografía existente.