Sociedad Día de furia en Santiago del Estero

Armado con una espada de Samurai, dañó un auto porque supuestamente lo seguía

El hecho se registró durante la madrugada en la capital de Santiago del Estero. El agresor de 38 años, que aparentemente, tenía alucinaciones, afirmó que había vehículos que lo seguían todos los días, dijo al explicar el ataque.
Un hombre terminó tras las rejas después de comenzar a destruir el automóvil de un vecino del barrio Campo Contreras utilizando una katana. La Policía logró reducir al sospechoso y secuestrar el arma blanca. Por fortuna no hubo que lamentar heridos. El fiscal de turno dispuso la aprehensión del sujeto y la realización de exámenes psicológicos.

El hecho se registró ayer en horas de la madrugada en una vivienda ubicada en la manzana 29 del barrio Campo Contreras de la ciudad capital de Santiago del Estero. Hasta allí, se dirigieron efectivos de la Comisaría 51, luego de que fueran alertados sobre la presencia de un sujeto, el cual se encontraba promoviendo desorden y dañando un automóvil que se encontraba estacionado con una katana (tipo particular de sable de filo único, curvado, tradicionalmente utilizado por los samurais).
Al arribar, los uniformados se entrevistaron con un vecino de apellido Leiva de 34 años, quien manifestó que sin razón alguna el acusado habría comenzado a dañar el parabrisas de su automóvil, un Volkswagen Gol Trend con una katana, lo que sería una espada Samurai.
Apresado
Ante esta situación, los policías procedieron a reducir al sujeto a pocos metros de la vivienda, cuando pretendía darse a la fuga, lográndole secuestrar el arma blanca que había utilizado.
De inmediato, el hombre fue trasladado a la dependencia policial, donde fue identificado como de apellido Ibarra de 38 años domiciliado en el barrio Siglo XXI.
Alucinaciones y sin coherencia
Del hecho, tomó intervención el fiscal de turno, Dr. Sebastián Robles, quien dispuso la aprehensión del sujeto, así como también ordenó que se le realice un examen psicológico, ya que algunos testimonios señalaban, que al momento de provocar los daños al vehículo y de ser trasladado a la dependencia policial, el agresor hablaba sin coherencia.
Las fuentes consultadas deslizaron que aparentemente tenía alucinaciones y afirmaba que había vehículos que seguían sus pasos todos los días. La Justicia interviniente no descarta ninguna hipótesis.
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