Evidentemente ofuscada, una de las mujeres que necesitaba un análisis con urgencia trasladó el reproche a otros trabajadores del hospital, quienes se excusaron en que no sabían dónde estaban los laboratoristas de guardia y que insistiera en golpearles la puerta "porque capaz están durmiendo".
La mujer volvió al ingreso del laboratorio y tras insistir con los golpes y los llamados, dejó pegado un papel con un mensaje explícito hacia la bioquímica, que debería haber estado a cargo de esa sección.
Otros empleados del hospital se solidarizaron con las pacientes y les preguntaron si querían dejar su reclamo por escrito, pero las mujeres se fueron directamente argumentando que recientemente había hecho una queja formal por otro situación, "pero nadie hace nada", argumentaron. (Diario Río Uruguay)