Los videos comenzaron a circular esta semana a través de WhatsApp, mostrando claramente la locación; también circula otra filmación en la colina de la Virgen de Fátima, a metros de una garita de la policía. Y lo peor es que ya se está convocando a otra disputa de puños en estos términos:
-¿Jeni pelea otra vez?
-Supuestamente sí.
-¿En dónde?
-Colina.
Aquella es una conversación de esos espectadores que se preparan para 'disfrutar' de una nueva contienda, si bien no logran precisar si será el sábado o domingo. Los íconos de confirmación de la red social muestran además un puño cerrado, signo de la violencia que los inspira. Además se pondera esa decisión con términos como 'genia', 'sos lo más'... Es decir que algunas chicas encuentran en la pelea a trompadas y tirones de cabello una forma de obtener el reconocimiento de sus pares.
La psicóloga de Victoria, Stella Cistola, advierte que los niveles de violencia van en aumento "convirtiéndose en un modo comunicacional. Especialmente en las mujeres, que lo usan como un trofeo, una cuestión de poder, extrapolado de lo que en un momento fue de los chicos". Sin dudas aquí también es notorio el rol de las redes sociales en la difusión de estas conductas.
Y agrega: "A medida que la comunicación verbal desciende, aumenta lo hostil tornándose violento. Es algo pendiente en quienes trabajan las cuestiones de género, porque son las mujeres jóvenes ejecutoras de violencia mientras gritan 'Ni una menos', lo disocian, no lo leen".
Con el paso de los días, más de un victoriense lo compartió en su muro, indignado, pero a la vez preocupado que esa niña allí, a la vista de todos, y en la plaza principal de su pueblo, sea la suya, que acepte el desafío de otra que tiene el respaldo de una veintena de aplaudidores compulsivos, con un fuerte componente de permisividad.
"Con los estados que le tiran, 'Jeni' se está sintiendo famosa", comenta alguien que nos ayuda a recorrer las redes donde estas niñas comparten su pequeño 'circo romano'"
"En la tremenda inmediatez q viven los pibes/as el ejecutar ¡ya! es imperioso, y como no tienen lenguaje desarrollado que les permita a través de la reflexión defender ideas, posturas, etcétera, pasan a la acción..." En este contexto Cístola sostiene que el escenario de alguien filmando y otros alentando, "es el triángulo del acoso, los protagonistas, más el público que es partícipe necesario con la arenga. El público es quien justifica la acción, sin él no tendría sentido, es imprescindible".
El ring en el vivo, también se apoya en lo virtual, "No es diversión, es una cuestión de poder distorsionado en sus fines. Tiene que ver con liderazgo, supremacía, inmediatez, etc. No olvidemos que el rol del ocio, de la diversión ha pasado también a ser agresivo; drogas, alcohol, picadas, etcétera.", concluye Cístola. (Paralelo 32)