Sociedad Un arduo trabajo poco remunerado

Ladrillerías: "No es un oficio para hacerse millonario sino un modo de vida"

Estas fábricas artesanales ubicadas en la zona sur de la ciudad, algunas tienen hasta 30 años de historia: los hijos, según se auto-describen, ya nacieron ladrilleros. Elonce TV registró la experiencia laboral de ladrilleros.
La ladrillería es uno de los oficios más antiguos, fruto de la tierra, el trabajo, el fuego y del alma de los ladrilleros. En la capital entrerriana, estas fábricas artesanales se ubican en la zona sur y algunas tienen hasta 30 años de historia: los hijos, según se auto-describen, ya nacieron ladrilleros.

"Las ladrillerías son familiares, porque no es un oficio para hacerse millonario sino un modo de vida, para contar con un ingreso", contó a El Despertador el programa que se emite por Elonce TV, Segundo Cuello, responsable de la ladrillería de calle Garrigó 4750 ubicada frente al camping del sindicato de Empleados de Comercio.

"Así empezamos nosotros: mi papá hace 30 años que es ladrillero, y yo ya nací ladrillero", alentó.

Las tareas inician alrededor de las 6 y se extienden hasta las 15 aproximadamente. "Se empieza temprano, también para poder irnos temprano por el calor y demás", confesó.
El trabajo manual para la elaboración del ladrillo, comienza con la quema y armado del horno, lo cual demanda de más horas de trabajo, desde las 7 hasta las 17. Y además, cuando se quema el horno, se trabajan 24 horas completas "porque no hay descanso".

"El proceso es bastante largo, porque se empieza con el barro para hacer el adobe. Después, para el secado del adobe se lo deja en la cancha dependiendo del clima porque en verano puede estar dos días, pero en invierno, hasta una semana puede estar ahí tirado hasta que se levanta y se apila", subrayó el ladrillero.
"Luego del apilado y secado, se arma el horno, cuestión que también lleva hasta tres días de armado y la quemada suma hasta cuatro días más, hasta que tenemos el producto terminado", completó.

"La producción de ladrillos es relativa, hay meses que se produce un horno de 20 mil y otros en los que se produce 0. Según si llueve o no, porque trabajamos a la intemperie".

Las actividades demandan del trabajo de hasta tres o cuatro personas por tarea, pero es una labor informal. "Si ellos tienen otras changas, a veces hacen otras cosas y después vienen", comentó.

Pero según reveló el ladrillero, después del arduo trabajo que demanda la elaboración, "lo más difícil que es venderlo".
Los 1.000 ladrillos sacados del horno cuestan 2.200 pesos, es decir 2.20 pesos cada ladrillo.

"No se obtiene un buen precio por el ladrillo, porque a pesar del trabajo que implica, no está bien remunerado", advirtió el trabajador. "En este momento están muy paradas las ventas, a comparación de lo que fue hace dos años atrás", subrayó el ladrillero.

"No es solo hacerlo porque el asunto ahora está en la venta y en este momento no está tan fácil para venderlo", lamentó Cuello.

La ladrillería de calle Garrigó 4750 trabaja en un terreno que es alquilado, y comercializa a través de la venta directa a particulares y realiza entregas en obras. Los interesados en contactarla pueden comunicarse al (0343) 154745142. Elonce.com
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