Sociedad Relató su experiencia

"Esto nos dio fuerzas", dijo la madre de quien denunció al cura Moya

Mercedes, la madre de Pablo Huck, indicó que le costó superar el dolor porque, en ese entonces, todos estaban inmersos en la Iglesia. "Lucharé para que no haya más víctimas", dijo a Elonce TV.
Una nueva denuncia por abuso involucra al cura Marcelino Moya. Pablo Huck es oriundo de Villaguay y asegura que fue abusado cuando tenía 13 años. En ese momento, era parte de la Acción Católica y también alumno del acusado.

En diálogo con el programa Buenas Noches de Elonce TV, indicó que "para abusar de un chico hace falta el silencio de la comunidad. Hace un año y medio lo denuncié al cura y el caso todavía está en etapa probatoria. Uno está en un lugar de vergüenza y vulnerabilidad, pero lo denuncié porque mi hermana me dijo que estaba como apoderado legal en un colegio secundario. Quiero que se investigue, que se le ahorre a muchas víctimas todos estos años que yo tuve esto adentro, me llenó de oscuridad, me generó mucho daño. No es fácil. Después de la denuncia fue una resurrección, esa oscuridad de la que me liberé es también para cuidar a otros ahora".

Asimismo, no descartó que haya más casos de abuso en Seguí, ciudad en la que asegura que el cura tuvo "mucho poder en los últimos años". En ese sentido, advirtió que "el perverso te manipula. Era el cura payador, tenía mucho poder". Por otra parte, recomendó a los padres tener en cuenta con quién dejan a los hijos y aclaró que no solo ocurren situaciones similares en la Iglesia, sino en clubes o escuelas. "Hay que tener cercanía con los chicos, hablar, saber. Hay gente en la Iglesia que tiene buena fe y gran corazón, por eso esto puede ocurrir en cualquier lado", agregó.

Mercedes, su madre, contó que a la familia le costó superar el dolor porque todos estaban inmersos en la Iglesia y ella era catequista. Al respecto, relató que "tenía una relación diaria con el cura Moya. Para una mamá, en una ciudad chica, el hecho de que tu hijo esté en la Iglesia con el sacerdote generaba tranquilidad y nunca podría haber dudado. Al proceso que pasó y la angustia de no saber de dónde venía su sufrimiento, Pablo se lo llevó en silencio hasta hace dos años".

Expresó que nunca dudó de su hijo y admitió estar orgullosa por su compromiso en materia de prevención de casos similares. "Nos dio una lección de vida, fuerzas y así luchamos. Cuando me enteré me alejé de la Iglesia, pero soy capaz de enfrentarme con quien sea, creo en mi hijo, dice la verdad, lucharé para que no haya más víctimas", señaló y dijo que empezó a notar cambios en su hijo cuando se fue a estudiar. Elonce.com
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