Sociedad Operativo en convento de Nogoyá

Puiggari: "Hay preocupación en la Iglesia" tras "desproporcionado" allanamiento

"Lo que me asombra es todo el escándalo que se ha hecho, porque no encuentro en qué crimen está tipificado", afirmó a Elonce TV el Arzobispo de Paraná. "¿Por qué no respetamos la libertad de las hermanas?", dijo
El Arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, brindó este viernes una conferencia de prensa, tras el intempestivo allanamiento realizado ayer al convento de las Carmelitas Descalzas en Nogoyá, luego que supuestamente, el fiscal Federico Uriburu, conociera publicaciones de una revista que hablaba de la posibilidad que en el lugar existieran situaciones de castigos intramuros, como desnutrición, autoflagelación, uso del látigo, cilicio y mordazas, entre otros elementos de tortura.
El fiscal Federico Uriburu confirmó ayer que "la investigación comenzó de oficio y en caso de acreditarse el delito, es de privación ilegítima de la libertad agravada".
Vida de clausura y penitencia
Al dialogar con la prensa, monseñor Puiggari, dijo que "las hermanas que están en Nogoyá, están regidas por la Constitución de la madre Teresa de Jesús, con una reforma aprobada por Juan Pablo II en 1990 que está aprobada por la Santa Sede y dependen del Vaticano, pero el Obispo debe cuidarlas. La Constitución de la madre Teresa tiene una gran tradición que data de varios siglos. Se trata de monjas dedicadas a la oración con una vida estricta clausura. Solamente salen por una cuestión médica o por algún motivo grave. Fundamentalmente, se dedican a la oración y a la penitencia, pero también trabajan en el interior de la casa de clausura".
"En la Constitución se mantienen muchas costumbres de varios siglos y tienen un fuerte énfasis penitencial. La penitencia es algo que se nos pide a todos los cristianos, y hacer penitencia es unirse a la Pasión de Jesús. No significa sufrir, sino que la Iglesia pide privarse de algunas cosas, como por ejemplo de comer carne o del vino, o hacer una obra de caridad, visitar un enfermo. Pero siempre, la privación debe ir al que más lo necesita. También pueden ser peregrinaciones como la Hasenkamp ? Paraná", dijo el Arzobispo en su introducción.
"Las hermanas Carmelitas Descalzas mantienen estas tradiciones penitenciales corporales que no son torturas y tampoco obligatorias: libremente los que quieran pueden usar el cilicio que no es como los que se mostraron ayer. Estos cilicios pinchan pero no lastiman, ni sacan sangre", aclaró Puiggari en diálogo con Elonce TV y agregó que "es una práctica que las hermanas tienen libremente", remarcó.
El escándalo que se hizo
"Lo que me asombra es todo el escándalo que se ha hecho, porque no encuentro en qué crimen está tipificado. Dicen privación de la libertad, pero son todas mayores de edad, todas libres. Ayer, decían que estaban desnutridas: fue un médico de la policía y encontró que no están desnutridas. Decían que no se atendían porque lamentablemente, hay hermanas enfermas, alguna con cáncer, pero tienen médico de cabecera en Nogoyá, alguna se atiende en Santa Fe y otras que están más débiles, viajan y se atienden en San Camilo y Materdei que son clínicas importantes", resaltó monseñor al desmentir algunos de los rumores surgidos a partir de las publicaciones en una revista de Paraná.
El Arzobispo de Paraná indicó a Elonce TV que las monjas tienen lo que se llama "clausura papal y lo que hice fue comunicar lo sucedido al Nuncio del país (Nunciatura Apostólica y la Conferencia Episcopal Argentina)". Al ser consultado por las supuestas heridas que se habrían infligido por el uso de fustas o cilicios, Puiggari dijo que "no es lastimarse, no tenía heridas y así lo comprobó el médico".
Además, sostuvo: "yo entiendo que hay gente que no pueda estar de acuerdo (con esas prácticas), pero ¿Por qué no respetamos la libertad de ellas (por las hermanas)?. El acto privado de una persona, no está tipificado en la ley", remarcó monseñor al responder las preguntas de los periodistas y aclaró que "tampoco usan los cilicios todo el día. Sólo los viernes por un ratito", dijo.
El arzobispo indicó que las autoridades de la Iglesia están al tanto de lo sucedido. "Tuve que comunicarlo a la Santa Sede porque creo que el procedimiento tendría que haber sido distinto. Habría que haberle comunicado al Nuncio primero, porque es una zona protegida por el papa", subrayó. Además, sostuvo que "lo que tengo de la Justicia es por lo publicado en la prensa. Yo vi las cosas que secuestraron: un alambre con unos pinches que no entran en la piel y unas cintas para golpearse en la espalda como se hacía antes. Pero todo esto es aprobado por la Santa Sede", afirmó.

Abandonar la clausura
El arzobispo dijo que las monjas que están en el Convento de Nogoyá, pueden abandonar la casa libremente. "En caso de que sea alguien que entró hace poco tiempo se puede ir libremente. Si es una religiosa que tiene voto solemne, tengo que pedir a la Santa Sede para que le levanten los votos. Una vez aprobado, se va como se va cualquier persona de cualquier lugar", resaltó en diálogo con Elonce TV. Elecciones personales
Acerca de las prácticas de las monjas del convento, monseñor respondió a la prensa que "respeta las decisiones", dijo y agregó: "Por ejemplo: yo no comprendo, pero respeto que los Testigos de Jehová no quieran hacerse transfusiones de sangre (un tema controversial y por el que se han dado casos fatales). No estoy de acuerdo pero lo respeto porque es su convicción religiosa", dijo Puiggari y recordó que "están aprobadas por la Santa Sede y es más, Bergoglio era capellán de las Carmelitas de Potosí", afirmó.
Procedimiento espectacular
Acerca del fuerte operativo policial que llegó a las puertas del Convento de Nogoyá por orden de un oficial de Justicia, Puiggari sostuvo que "llama la atención que "sale un artículo en un diario y automáticamente de oficio y casi simultáneamente, se decide el operativo y se lleva a cabo de una manera espectacular. Cincuenta policías especiales con cascos, armas, rompiendo puertas y patrulleros. Nogoyá estaba conmocionada porque había llegado tanta policía. ¿Era necesario tanto despliegue?", se preguntó monseñor en diálogo con Elonce TV.

"Son 17 mujeres, encerradas en una casa de donde no salen nunca, le tocan el timbre, ven un montón de policías, no entienden nada, hay gritos y la monja les pidió `demne un minuto que llamo al Obispo para ver si puedo abrir la puerta porque no sé de qué se trata´. Dice eso y (los policías) le tiran la puerta. Eso fue lo que (el fiscal) describió como negarse a abrir. Al final me llamó cuando toda la policía ya estaba adentro", afirmó el Arzobispo de Paraná.
Tirar las puertas
"Hay un concordato famoso que dice: en los problemas internos de la Iglesia, la Iglesia reconoce el código de derecho canónico para regirse. Entonces, por ejemplo si es un crimen, evidentemente actúa la Justicia, pero cuando son problemas que pueden estar sucediendo en una institución, la Iglesia es la que tiene que responder", dijo monseñor acerca del operativo realizado en Nogoyá y aclaró que "evidentemente, hay algo que ha sido desprolijo en el procedimiento y el convento está bajo jurisdicción de la Santa Sede. No me animaría a decir que es tanto como violar una embajada, pero algo así".
"Hubiera sido mejor iniciar una causa y no crear este escándalo", afirmó Juan Alberto Puiggari y aclaró que "ayer quise hablar con el fiscal (Uriburu) y no estaba. Pero ya me reuní con un penalista para que empiece a estudiar el caso, porque no sabemos cuáles son los cargos, porque si fuera privación de la libertad, no lo entiendo: uno entra al convento libremente y se va", aseguró el arzobispo al hablar a Elonce TV.
"Da tristeza las fotos: tiran la primera puerta, está la otra puerta: pidan la llave, las hermanas no le negaron nada, pero tiran las puertas", reiteró monseñor.
Cualquier cosa sin dar la cara
Una periodista de la Revista Análisis que hizo las revelaciones, consultó al arzobispo sobre los testimonios de las ex monjas que formularon declaraciones y que son parte de la investigación, Puiggari respondió: "Es muy común que haya notas con identidades ocultas. Este último tiempo me han acusado de muchas cosas con identidades ocultas, no sé quiénes son, son calumnias y no puedo iniciar juicio porque el medio se guarda el derecho de la fuente. Entonces, todo el mundo puede decir cualquier cosa sin dar la cara. Respeto que hagan la denuncia, pero que digan 'soy yo'. Entonces, está bien, demostrámelo, porque yo también estoy soportando calumnias tras calumnias, sin que nadie de la cara".
"Yo me imagino quién es alguna de las chicas de la nota, porque yo la conozco, la ayudé mucho. Me parece que está sacada de contexto. Insisto, no digo que no haya problema, ¿pero problema para que intervenga la justicia así? Por favor, ¿estamos en el paraíso terrenal donde no hay problemas para que ocupemos policías en un gran operativo?", inquirió.
Ni el cargo ni la denuncia
"Hemos salido en todo el país y no sabemos cuál es el cargo y quién denuncia. No me digan que es privación de la libertad, porque ayer me reuní con las hermanas y les pregunté a cada una si estaban por su voluntad libre y si se querían ir, pero me respondieron que no", describió Puiggari.
Acerca de cómo tomaron las monjas el fuerte operativo policial que irrumpió en el monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo, de Nogoyá, por una supuesto denuncia sobre presuntas torturas las hermanas Carmelitas Descalzas, el arzobispo explicó que "pasaron un momento bravo", dijo y agregó: "Las monjas estaban muy asustadas. Había una mujer enfermita en la cama, le abrieron a las seis de la mañana y entren policías. Por lo menos, desprolijidades ha habido", remarcó.
Además, admitió que desde que ocupa el Arzobispado, no ha entrado ninguna menor de edad. "Por lo menos desde que estoy", resaltó.
Preocupación de la Nunciatura
El prelado dijo que no puede hablar de un "problema diplomático", pero subrayó que hay "preocupación" en la Nunciatura Apostólica y la Conferencia Episcopal Argentina "porque parece que es desproporcionado" el allanamiento que se realizó ayer en un convento de la Carmelitas Descalzas, de la ciudad entrerriana de Nogoyá.
"¿Es necesario casi 50 policías de los Grupos Especiales y rodear toda la manzana con toda la espectacularidad de la que toda la ciudad habla, para entrar a un lugar donde hay 17 monjas que el único arma que tienen es el Rosario?", se preguntó Puiggari ante la prensa de Paraná.
"Los policías entraron en las celdas y abrían las mesas de luz, por eso las monjas les dijeron `paren, les traemos todo´. Ellas entregaron todo, mostraron toda la casa. En primer momento se asustaron", explicó Puiggari sobre la inusual situación vivida en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá y agregó que "comprendo la labor del fiscal pero no entiendo la proporción".

"Vamos a ver la semana que viene cuando esté abierto el expediente", dijo monseñor y remarcó "que si bien todos somos iguales ante la ley, pero cómo se procederían contra otro individuo y aunque el fiscal considere que había pruebas muy importantes, siempre está la desproporción de la fuerza. Llegando a un convento con un patrullero y el fiscal ¿creen que las monjas del claustro se habrían opuesto?", se preguntó el Arzobispo en diálogo con los periodistas. Elonce.com
Video: Monseñor Puiggari hablo sobre el convento de Carmelitas de Nogoyá
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