Sociedad Quedó en medio de un enfrentamiento

"Desde que me sucedió estoy atemorizado", dijo trabajador baleado en Paraná

El trabajador de Paraná XVI que quedó en medio del fuego cruzado de dos bandas, se recupera. Códigos habló con Eduardo Bonasich, quien se salvó milagrosamente. Hoy las secuelas son psicológicas: "No sé cuándo voy a volver a ser el que era".
"Vienen con armas" escuchó Marta Bonasich, en momentos en que salió a socorrer a unos jóvenes que habían protagonizado un choque de motos en calle República de Siria, barrio Paraná XVI. El hecho sucedió el 16 de agosto pasado. Su esposo, Eduardo Bonasich, quedó en medio del tiroteo y afortunadamente el impacto de bala en zona de la cabeza, no fue letal. En esa oportunidad, su hija Eliana, en diálogo con Elonce TV contaba "Gracias a Jehová, la bala no penetró en la cabeza; tiene cortes en la frente, en la oreja".

Marta Bonasich habló con Códigos relatando que la bala "impactó en la ventana del conductor (del lado en que se encontraba su esposo que salía hacia su trabajo) y se incrustó del lado contrario. Él salió del vehículo y se cayó. Los vecinos lo socorrieron; la ambulancia vino muy rápido. Lamentablemente le tocó quedar en el medio de los disparos. Jamás me voy a olvidar de la escena. Tenía la oreja `volada`, pensé que la bala había entrado y salido, y él me decía que me quedara tranquila, que estaba bien", recuerda la mujer sobre ese triste día, sin poder contener el llanto.
Contó que hoy su esposo se está recuperando aunque lo van a volver a operar el 30 de agosto, luego de tres cirugías que ya le hicieron.
"Me salvé por milímetros"
Códigos habló con Eduardo Bonasich, quien se recupera en su vivienda, tras el hecho.
"Se hace muy difícil, uno cae en un pozo. Se le vienen a la cabeza muchas imágenes y la mente corre demasiado rápido, pero hay pensamientos que uno tiene que desechar. Gracias a mi familia, a los vecinos que se preocuparon, uno sale adelante", confió Bonasich a Códigos, tratándose de recuperar anímicamente de lo sucedido ese 16 de agosto.

El hombre, un trabajador especializado en empapelado de interiores de viviendas, se salvó por "milímetros". "El médico me lo dijo, que tengo un Dios aparte, que fueron milímetros entre la vida y la muerte. La bala rozó en el cráneo, me hizo una fractura y después me rompió la oreja, la bala salió y quedó incrustada en el auto. No cabe duda que fueron milímetros. Eran cinco o seis disparos, uno de estos se incrustó en el vidrio y en mi cabeza. Gracias a Dios estoy vivo", aseguró.

"Desgraciadamente hay gente que no tiene escrúpulos y suceden estas cosas", opinó refiriéndose al fuego cruzado de bandas que suceden "a menudo". Marta aportaba que los fines de semana "afuera no se puede estar, porque siempre hay disparos".

Bonasich y su familia viven en Paraná XIV desde el año `90, aunque con los años debió incrementar la seguridad en su casa, producto de la inseguridad. "Así vivimos nosotros, presos de la injusticia".

"En el barrio conozco muy poca gente, solo los veo cuando paso con el auto, no tengo relación con ellos. Indudablemente esto es todo un problema de droga", reflexionó el hombre.
Miedo a todo
"Desde que me sucedió esto, estoy atemorizado. No sé cuándo voy a volver a ser el mismo. Tenés temor de todo y más, producto de que nadie te defiende. Tendríamos que tener una justicia más justa, al menos con los trabajadores", acotó.

Manifestó su deseo de que, producto del hecho que lo afectó, "hubiese venido alguien del gobierno o de la justicia, por lo menos a interesarse, pero no llegó nadie; sólo vino el jefe de la comisaría 16, a ponerse a nuestra disposición".

A Bonasich los vidrios le estallaron "en los ojos, he tenido que ir a un oculista particular, en las cirugías me han ido sacando cristales de los ojos. El 30 tengo que volver, para que me saquen el polvillo alojado dentro". Esas fueron las secuelas del aberrante hecho que sufrió, aunque las otras, las que dejan marca en su mente, son más difíciles de borrar.
Otros hechos violentos en la zona
Respecto a las situaciones violentas, Marta Bonasich recordó que tiempo atrás, mas exactamente en marzo de este año, una menor había resultado herida de bala, también de la misma manera que le ocurrió a Bonasich, cuando salía de su casa, a media cuadra de la comisaría decimosexta. Esa menor era hija de Carina Walter, una mujer que tuvo un final fatal, tras haber sido asesinada cuando iba junto a su pareja, empleado municipal, en una motocicleta y fueron atacados por otro municipal, con el que el hombre habría mantenido algunas cuentas pendientes.

Elonce.com.
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

NOTICIAS DESTACADAS