Ahora contó al diario Clarínla enseñanza que le dejó lo vivido y compartió detalles sobre lo que recuerda de la trágica madrugada del 16 de abril en Costa Salguero. "Una chica de Bahía Blanca me encontró tirada y me ayudó. Ella llamó a la ambulancia. Después tuve la oportunidad de agradecerle por contenerme y no abandonarme. Le debo la posibilidad de haberme salvado", dijo la joven de 20 años que vive en Saavedra.
De la fiesta electrónica, solo se acuerda partes: asegura que en el ingreso no le pidieron mostrar el documento ni la revisaron, y que adentro había mucha gente y nada de ventilación. A pesar de esto, "no pensé que algo así me podía pasar", confía. No habla de lo que tomó, y no tiene claro en qué momento empezó a sentirse mal ni cuándo perdió de vista a sus amigos. Lo que le sigue a los flashes en su memoria dentro de la Time Warp -"personas amontonadas y aplaudiendo para entrar y de mucho calor"- es la cama del Hospital Fernández.
En ese nuevo escenario, ya lejos de las luces y la música fuerte, le fueron contando lo que había ocurrido: que habían fallecido cinco jóvenes (las víctimas fatales fueron Nicolás Becerra, Francisco Bertotti, Bruno Boni, Martín Bazzano y Andrés Valdez) y que otros se encontraban internados como ella (Leandro Espinosa y Nicolás Laitán, en el mismo centro de salud; Nicolás Laitán, primero en el Argerich y luego en el Británico; y Damián Sedeillán, en el Rivadavia).
"Mis padres, mi hermano y mis amigos me explicaron la situación de a poco, también pude ver lo que sucedió por medio del celular y las noticias", sumó Micaela, quien se mostró conmovida frente a las manifestaciones de afecto que fue recibiendo. "A los que no me conocen y rezaron por mí, pidieron por mi salud, me acompañaron y se preocuparon les digo gracias. También a los médicos que me atendieron primero en el Fernández y después en el Cemic, a las enfermeras y a los que donaron sangre", destacó.
Como enseñanza, rescata que "no hay que confiar tanto" y que siempre "hay que salir en grupos con amigos y no solos".
"Tenemos que cuidarnos entre nosotros porque a los demás no les importamos, sólo somos un negocio y eso debería terminar" , remarcó la joven.
Hoy, casi un mes y medio después, sigue con su recuperación. "Mis días los paso en casa, descansando. Ya empecé la rehabilitación muscular. De vez en cuando, me vienen a visitar amigos y familiares", resume y afirma que lo único que quiere es "volver a tener una vida normal".
Eso incluye retomar el estudio ?le quedan cuatro materias para terminar el secundario y planea empezar la carrera de Psicología? y las salidas con amigos. Y las fiestas electrónicas no quedan descartadas, según confirmó la joven en esa entrevista: "Me gustaría volver a ir a escuchar la música que me agrada" aunque aclaró: siempre que haya "control de parte de todos".