Muñoz fue uno de los hombres de mayor confianza de Néstor Kirchner durante su presidencia. Lo seguía a sol y a sombra desde que su jefe era gobernador de Santa Cruz. A Cristina la acompañó hasta 2009.
Renunció a su cargo tras ser denunciado por enriquecimiento ilícito. Desde entonces, se dedicó a la actividad inmobiliaria, petrolera y de servicios financieros en Buenos Aires y en Río Negro.
Complicado en la Justicia
En el último tiempo, los tribunales vieron desfilar a Muñoz varias veces por sus pasillos por distintas denuncias de corrupción. La más resonante fue la que surgió luego de que su ex colega, Miriam Quiroga, lo señalara como uno de los valijeros de los Kirchner y asegurara que era quien llevaba bolsos de dinero a Santa Cruz.
Por entonces, fue imputado por presunto lavado de activos por el juez Luis Rodríguez, aunque el año pasado fue absuelto, tras no poder corroborar las declaraciones de Quiroga.
Además, Muñoz figuró en los Panama Papers como accionista junto con su esposa, Carolina Pochetti, de una sociedad offshore radicada en las Islas Vírgenes, de acuerdo a documentos exclusivos a los que accedió LA NACIÓN, en el marco de una investigación impulsada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Desde el año 2013 Muñoz y Pochetti, estuvieron vinculados a Gold Black Limited, una compañía fundada tres años antes en las BVI, con el objetivo de comprar una propiedad en los Estados Unidos. Por ese motivo Muñoz también era investigado en Comodoro Py.
