Sociedad Cuidar a los más pequeños

Accidentes hogareños más comunes de niños: Quemaduras e ingesta de objetos

A partir del caso del niño que fue internado por quemaduras con agua hirviendo, una pediatra del hospital San Roque habló sobre los accidentes hogareños que involucran a las criaturas. Suele ser recurrente la ingesta de monedas y pilas.
El hogar puede ser un lugar peligroso. En especial, la cocina. En ese espacio suelen ocurrir los percances domésticos más graves. Al respecto, ayer se conoció la noticia de un niño de Los Charrúas que terminó internado con graves lesiones causadas con agua hirviendo. A propósito de esto, El Diario consultó a la pediatra Mónica Clifton sobre la ocurrencia de estos hechos.
La profesional se desempeña en la sala de Cirugías del hospital materno infantil San Roque donde atiende, entre otras cuestiones, a niños y niñas que han padecido distintos tipos de accidentes hogareños. En la mayoría de las veces, las lesiones son producto de la "falta de cuidado de los adultos. Los niños quieren explorar e investigar y no asumen el peligro. Por ejemplo, en un segundo, se pueden llevar cualquier cosa a la boca. Por eso, hay que poner límites y saber decir que no", consideró la médica.

No es extraño que lleguen a la guardia del nosocomio nenes y nenas que se han tragado monedas o pilas. Por ejemplo, hace un mes, se conoció que una niña de Federación tuvo que ser operada dado que una pila le perforó el esófago. Clifton indicó que en esos casos hay que actuar de urgencia a través de una endoscopía digestiva porque se puede producir una infección que conlleva riesgo de muerte. En el caso de las monedas, la gravedad es menor, salvo que pase a la vía aérea.

Otro tipo de accidente común son las quemaduras con agua caliente. Las razones suelen estar relacionadas con la rotura de termos, la caída de ollas o de la cocina completa. "Al cocinar se deben utilizar las hornallas de atrás y los mangos de los calentadores o sartenes no tienen que quedar al alcance. Lo más importante es que los niños no se acerquen a la cocina". Con relación al fuego o a artefactos calientes, otra recomendación es que los menores no se acerquen a los calefactores sea en invierno o en verano. El raciocinio de un chico de tres o cuatro años no alcanza para hacer conciente uno u otro momento.
Clifton explicó que la gravedad de las quemaduras está relacionada con la extensión, la profundidad y la localización de la lesión. De esto dependerá la necesidad o no de internación o de operación para injertar piel.

Ingesta
Otro de peligro señalado por la pediatra es la ingesta de productos de limpieza y de medicamentos. "Los niños pueden tomar soda cáustica o productos que contienen soda cáustica. Esto produce lesiones en el esófago y pueden quedar secuelas. Por eso hay que tener estos elementos fuera del alcance de los chicos".
A su vez, los accidentes por caídas y golpes están entre los más comunes. Desde los cuatro o cinco meses, momento en que se empiezan a moverse por sí solos, se pueden caer de la cama, de desniveles, escaleras, etc. Este es un período particularmente crítico donde los adultos responsables deben prestar la mayor atención.

Recomendaciones
La Sociedad Argentina de Pediatría informa que entre los niños de dos a cinco años, las quemaduras son lesiones muy frecuentes. Una de las razones es que a esa edad existe una necesidad irresistible de adquirir nuevos conocimientos y de investigar el territorio.
Los riesgos son los mangos de utensilios de cocina asomando en las mesadas, la presencia de artefactos eléctricos (tostadoras, hornos microondas, hornos eléctricos, cuchillos eléctricos), líquidos y comidas muy calientes, puertas de hornos, entre otros.
Desde la SAP recomiendan que las llaves de paso de gas deben cerrarse cada vez que las hornallas no sean utilizadas y los elementos calientes deben estar fuera del alcance y de la visión de los niños. Al mismo tiempo, insiste en que la mejor prevención es la supervisión permanente de un adulto responsable.

Tampoco se deben dejar cerca de cocinas y mesadas: sillas o bancos que los niños puedan usar para treparse. Los fósforos y encendedores de llama o de chispa tienen que estar guardados. También debe tenerse cuidado con las sustancias combustibles: kerosene, solventes en general, los cuales deben estar debidamente guardados en recipientes apropiados y nunca en botellas o envases que puedan ser confundidos con líquidos como gaseosas o jugos.
La cocina no debe ser lugar de juegos ni de paso obligado y menos aún durante el tiempo de preparación de las comidas.
A medida que los niños comienzan a comprender, se les debe indicar todos los peligros que existen en la cocina y explicarles que hay acciones o actividades que solo pueden hacer los adultos.
Otra de las indicaciones es no aplicar pomadas, pasta dentífrica, enfriar demasiado la región afectada, romper las ampollas, ya que se abren una puerta de entrada a gérmenes.

El caso de Los Charrúas
La última noticia conocida sobre un accidente hogareño protagonizado por un niño ocurrió en Los Charrúas. El miércoles el menor de siete años sufrió graves quemaduras a causa de que se le cayó agua hirviendo sobre el torso, el mentón y el brazo izquierdo. Al parecer, entró corriendo a la cocina, chocó con su abuela y le cayó el líquido. Dado el cuadro, el chico quedó internado en el hospital Masvernat de Concordia con quemaduras de tipo A y B.
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