Entre las PASO y el balotaje la participación de los más de 32 millones de argentinos habilitados para votar subió de manera sostenida. Del 72% registrado en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias subió al 79% en las elecciones generales del pasado 25 de octubre a cerca del 81% este domingo.
En esas tres instancias el voto en blanco se redujo a la par del incremento de la participación popular. En las PASO alcanzó el 5,06% de los votos, se redujo a la mitad en las elecciones generales (2,55%) y volvió a reducirse a la mitad este domingo al caer al 1,19%, lo que significa más de 304 mil votos.
El voto en blanco iba a ser un jugador clave de la elección, debido a que se esperaba que el descontento de parte del electorado por las dos opciones del ballottage incidiera en el resultado.
Pero escrutadas el 98% de las mesas, el porcentaje de sobres vacíos era del 1,19%. Incluso menor que los votos nulos, que alcanzaban el 1,24%.
En esta elección, al computarse sólo los votos afirmativos, el voto en blanco favorecía al que iba primero.
La izquierda había llamado a votar en blanco. El ex candidato presidencial del FIT, Nicolás del Caño, había incluso reclamado espacios gratuitos en radio y televisión para hacer campaña por el voto en blanco. Sin embargo la voluntad de participar de la definición presidencial pudo más y la decisión de inclinarse en cada instancia electoral por alguna de las opciones en pugna fue más fuerte.