Sociedad Creatividad y unión familiar

Adolescente vende tortas fritas en la ruta para costear su fiesta de 15

Una niña de 14 años junta dinero para su cumpleaños de 15 ofreciendo tortas fritas y agua caliente en la ruta. "Lo más lindo no es la fiesta que podamos pagar sino la experiencia del trabajo en familia de cada domingo", dice el papá.
Ludmila el año que viene cumple 15 años y como toda adolescente sueña con tener una noche especial. Sus papás trabajan mucho para sostener la casa y a sus dos hijos.

"Ella nos expresó el deseo de tener una fiesta de cumpleaños, pero que entendía lo difícil de juntar la plata. Por eso deseaba colaborar para conseguir el dinero que hiciese falta", contó el papá de la joven como inició la historia.

En Basavilbaso, en la provincia de Entre Ríos, desde hace algunos meses los domingos una familia prepara la masa para tortas fritas y ofrece agua caliente en la Ruta 39. "Empezamos con pocas pero ya llevamos vendiendo unas 35 docenas por domingo y muchos termos de agua caliente", dijo Pablo Diaczun en una nota publicada por el sitio Día a Día.

Entre risas también explicó que el pequeño Airton de 9 años también quiso ayudar a su hermana y se erigió como el "gerente general" del desafío familiar.

Para este matrimonio es muy difícil imaginar juntar cerca de 40 mil pesos, suma que se necesita para costear una modesta fiesta: "Yo trabajo de lunes a lunes como empleado municipal y mi mujer es niñera, la verdad que lo veíamos imposible", compartió el papá. Pero en esa conversación Ludmila supo poner en juego la creatividad y así enfrentar el obstáculo que podía empañar su noche mágica.

"Ella nos ofreció la idea y nos pareció una hermosa iniciativa, a la que nos comprometimos como familia", agregó Pablo.

"Estamos muy felices, orgullosos pero la verdad no nos sorprendió su actitud", indicó el hombre aclarando que "los educamos sabiendo que todo lo emprendemos en familia y que debemos ayudarnos unos a otros". Este papá, cuando describe a su niña, no puede dejar de emocionarse.

Resaltó su generosidad, su firmeza en las decisiones y la alegría con la que enfrenta la vida. También detalló que es muy buena estudiante e incondicional con sus amigos, "aunque algo desordenada en su habitación", comentó muy divertido.

Muchos en el pueblo conocen la historia y no dejan pasar la oportunidad de comprar unas ricas tortas fritas domingueras.

Esta familia comenzó con un puesto improvisado a la vera de la ruta enfrentando al frio o al calor hasta altas horas de la noche. Pero desde hace días un amigo, conmovido con el proyecto, les ofreció un remolque para que estén más cómodos.

"Tenemos mucho tiempo para ir juntando la plata, pero sabemos que lo más lindo no es la fiesta que podamos pagar sino la experiencia del trabajo en familia de cada domingo", concluyó Pablo quien prepara lo que necesitan para una nueva tarde de trabajo.
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