Al pensar que se trataba de un ciudadano estadounidense, los delincuentes nigerianos fueron muy violentos con él, pero esto cambió cuando López Menéndez comenzó a gritar el apellido del referente del futbol mundial.
Al gritar "Messi, Messi", los captores, que no hablaban ni inglés ni castellano, entendieron que el agrónomo era ciudadano argentino y las negociaciones tomaron otro rumbo.
El argentino estuvo secuestrado desde el pasado miércoles en el estado de Níger, en el centro de Nigeria, cuando se dirigía a un campo a trabajar, y fue liberado el pasado viernes tras el pago del rescate realizado por la empresa para la que trabaja.
Una vez en la embajada, el joven se comunico con su hermano, que chatea asiduamente con periodistas del diario Clarín, y le pidió: "Deciles que le agradezcan a Messi, que nombrarlo fue lo que me salvó".
Si bien en un principio se pensó que los secuestradores podrían pertenecer al grupo terrorista Boko Haram, "No se sabe quién es -por el grupo de secuestradores- y tampoco puedo dar el dato de cuánto están negociando", dijo el jueves el amigo de López Menéndez, pero luego se comprobó que esa zona no está bajo el control de ese grupo.
