Política Los recortes en el Plan ENIA

Cesan 70 contratos del plan para prevenir embarazos adolescentes en Entre Ríos

En todo el país, fueron 619 las personas que la Nación, desvinculó del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia. En la provincia, se cortaron 70 contratos y alertan de alertan graves consecuencias sociales.
En todo el país, fueron 619 las personas que el Gobierno Nacional desvinculó del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, tras anunciar su “rediseño” e invitar a las provincias a que se hagan cargo de la iniciativa que redujo casi a la mitad los embarazos no deseados en adolescentes.
El Plan Nacional de Prevención de Embarazo No Intencional Adolescente (ENIA) es la primera política pública que se plantea una intervención integral e intersectorial sobre el embarazo no intencional en la adolescencia, con articulación entre las áreas de salud, educación y desarrollo social. Según datos oficiales, 69.803 adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 tuvieron un hijo o una hija en 2018 -en los inicios del Plan ENIA-. Luego de tres años de implementación de la política fueron 46.236 las adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.394 las niñas menores de 15 años que tuvieron un hijo o una hija. A su vez, mientras que en 2018, 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de 15 a 19 años eran no intencionales, en 2021, la cifra bajó a 5 de cada 10. Y en menores de 15 años, la no intencionalidad pasó de 8 de cada 10 a 7 de cada 10 embarazos.
Otros números señalan que entre 2018 y 2021 la tasa de fecundidad adolescente -que es la cantidad de hijos nacidos en un año sobre el total de adolescentes- también registró un importante descenso: de 49,2% a 27%. Es decir, un 27 % de chicas de entre 10 y 19 años se convirtieron en madres en Argentina. Lo que significa una caída de casi el 50 por ciento en tres años.
Además, se logró una reducción del 43% en la tasa de fecundidad de la franja de niñas que tienen de 10 a 14 años, donde la mayoría de las gestaciones, se presume, provienen de situaciones de abuso, coerción sexual o violación, lo que hace más compleja aun su prevención.

Impacto en Entre Ríos
A pesar de todos estos datos, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud, anunció, la semana pasada, el “rediseño” del Plan ENIA, decisión que implicó el despido de 619 profesionales, de los cuales 70 realizaban su labor en las localidades entrerrianas de Gualeguaychú, Paraná y Concordia.

“Si las provincias quieren seguir con las contrataciones mencionadas, podrán hacerlo bajo su propia evaluación y solvencia”, se comunicó oficialmente. Y se informó que, a pesar del vaciamiento que implica dar de baja la contratación de las profesionales que ejecutaban el plan, “desde el Ministerio de Salud de la Nación se va a continuar con el desarrollo del Plan, a través de su rol rector y desde una mirada integral, mediante el seguimiento, control y la compra de insumos”.
“Multiplicar la pobreza”
En este marco, ElArgentino dialogó con la docente Raquel Wendler, formada en sexología educativa, ex responsable del programa provincial ESI y referente en la temática. “El Plan ENIA es de una ingeniería casi única como experiencia en territorio. Tiene una complejidad importante porque abarca a tres grandes ministerios, aunque algunos ahora son secretaría, Desarrollo Social, Educación y Salud. El propósito es la prevención y disminución del embarazo no intencional adolescente”, explicó.

“Además del trabajo interministerial, la fortaleza del Plan ENIA es la territorialidad, en el trabajo en instituciones y en espacio comunitarios. Estuvo destinado a adolescentes escolarizados en escuelas secundarias de gestión pública y en Entre Ríos se implementó en tres departamentos: Paraná, Gualeguaychú y Concordia. Cuando hablo de departamento, hablo de las ciudades y de la ruralidad. Eso fue lo novedoso y lo que yo sigo insistiendo que se debería sostener en todas las políticas públicas, porque Entre Ríos tiene un gran porcentaje de ruralidad y nadie lo pone como prioritario”, apuntó la referente en Educación Sexual Integral.

Fue durante el gobierno de Mauricio Macri que se comenzó a implementar el Plan ENIA y luego se continuaría en la gestión de Alberto Fernández. Pero -según explicó Wendler- el financiamiento no vino del Ejecutivo nacional, sino del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUT), desde el 2018 hasta el 31 de diciembre del 2023.
“Si bien el convenio era hasta diciembre, quienes seguimos trabajando en el tema, tanto a nivel provincial como nacional, tenemos la información que desde el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) están los fondos para darle continuidad al plan. Pero hasta ahora no hemos tenido ningún tipo de información oficial de parte de Salud de la Nación. De hecho, nosotros nos enteramos por la prensa que el plan ENIA no se continuaba”, indicó. Al tiempo que se mostró muy preocupada por las consecuencias que tendrán estas decisiones: “Sin el plan, vamos a volver a tener embarazos tempranos, adolescentes que van a volver a abandonar la escolaridad, que no se van a poder insertar en el mercado laboral. Se va a reproducir la pobreza”.

“Nosotros trabajamos con escuelas secundarias de gestión estatal y después en espacios comunitarios. Quienes acceden son las personas de clase media y baja, los más pobres. El embarazo de una chica de 17 años, que sale de una vivienda donde la economía es de subsistencia, implica que ese bebé va a nacer en esas condiciones y esa mujer no podrá seguir estudiando, formándose, porque deberá ser cuidadora de ese bebé”.

“Pensemos en la paternidad. Tendremos un varón que va a asumir su paternidad, pero ¿seguirá la escuela’? ¿cómo se incorporará al mercado de trabajo? ¿será capaz de asumir tamaña responsabilidad a los 16, 17 o 18 años?”, se preguntó Wendler.

Por otro lado, respecto al tan mentado “gasto del Estado”, argumentó: “Un embarazo temprano es una bomba de hormonas, es un embarazo de riesgo, tanto para la joven embarazada como para el hijo o hija que se está gestando. Es de esperar que haya complicaciones en el embarazo y en el parto. Eso es gasto para el Estado, aunque parezca horrible plantearlo así, esas personas van a atenderse en la salud pública, que deberá pagar esa cesárea y la atención de ese bebé y su madre”, explicó la profesional. Quien, por último, dijo tener la “esperanza de que todo esto se aclare y el plan continúe, ¿por qué? Porque se va a imponer la realidad, van a empezar a aparecer emergentes horribles, que siempre movilizan y generan acciones”.
“Creo que, como están planteadas las coas, la única posibilidad que hay actualmente para que eso suceda es que la provincia sea quien lo lleve adelante”, finalizó. Fuente: (ElArgentino)

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