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En Jujuy, Macri pidió "terminar con el clientelismo"

El mandatario visitó la provincia de Jujuy y se mostró con el gobernador Gerardo Morales. "Le estamos ganando a la resignación y al miedo", aseguró.
El presidente Mauricio Macri llegó a ésta ciudad, donde arengó a los jujeños a continuar por el "camino de la verdad y la trasparencia", pero también se metió de lleno en el conflicto que atraviesa la provincia con el caso de Milagro Sala.

"Tenemos que terminar con el clientelismo", advirtió el Presidente en su discurso, en uno de los pocos fragmentos que le dedicó a la situación judicial que podría desembocar en la prisión domiciliaria de la líder de la Tupac Amaru.

Distinto fue el caso de Morales. El mandatario provincial apuntó directamente contra los integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a los que acusó de "vivir en Washington y que no saben cómo vivimos en Jujuy". Y, en un mensaje para los jujeños, agregó: "No vamos a bajar los brazos, hemos tomada la decisión de vivir en paz".

La grieta está muy clara en esta ciudad. De un lado de la ruta, el presidente Mauricio Macri juega de local. Se mueve a gusto y cada palabra, cada gesto, es celebrado por centenares de personas que lo escuchan atentamente. Pero a pocas cuadras, en el barrio que la Tupac construyó en la zona de Alto Comedero, en el corazón de lo que solía ser el reino de Milagro Sala, es un paria al que se lo mira con desdén y desconfianza. El contraste es notable.

La visita de Macri a Jujuy tiene una doble interpretación: sigue firme con su intención de recorrer el país antes de las PASO; una provincia por día. Pero además su presencia en este lugar es un gesto de apoyo a Morales en momentos en que se la justicia local podría conceder la prisión domiciliaria tras la resolución que dictó hace menos de una semana la CIDH, en la que recomendó que se le otorgue ese beneficio o la libertad con fiscalización electrónica a la líder de la Organización Barrial Tupac Amaru.

Si bien desde el Gobierno se esforzaron en aclarar que la visita fue pactada antes de la decisión de la CIDH, un organismo autónomo que trabaja bajo la órbita de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo cierto es que el gobierno de Morales atraviesa con nerviosismo la posibilidad de que Sala salga de prisión.
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