Los datos se descubrieron en octubre de 2013, cuando el fondo NML de Paul Singer inició un proceso de discovery para rastrear los fondos del empresario 'K' y del Estado argentino. De acuerdo con el matutino, hubo decenas de mails y documentos enviados por el estudio de abogados contratado por el gobierno en Nueva York.
Fuentes oficiales y judiciales afirmaron al diario que la información fue borrada de las computadoras de la Procuración del Tesoro y que incluso desaparecieron discos rígidos. En este sentido, la principal responsable es la exprocuradora Angelina Abbona, ligada al exsecretario Legal y Técnico Carlos Zannini.
Cuando el escándalo estalló, Abbona tuvo que devolver el disco rígido de su computadora y dijo que se lo había llevado a su casa para hacerle un back up a la información.
Aún así, el gobierno de Mauricio Macri pudo recuperar una parte de las decenas de mails y datos de cuentas, los cuales ya están en manos de la Justicia. De hecho, el viernes pasado la Unidad de Información Financiera (UIF) denunció y pidió que sean detenidos e indagados los cuatro hijos de Báez, por las cuentas que le descubrieron en Suiza por un monto superior a los u$s 25 millones.
Pero además de los mails -según Clarín- también desaparecieron archivos que se produjeron a lo largo del discovery. Esos documentos contienen información sobre cuentas y transacciones de Baez y otras personas influyentes como Ernesto Clarens, el primer financista de Lázaro y del expresidente Néstor Kirchner.
El actual titular de la Procuración del Tesoro Carlos Balbín, un funcionario cercano a la diputada Elisa Carrió, giró los documentos al juez federal Sebastián Casanello.