Política “Encontramos un formidable estímulo en esa posibilidad”, afirmó

Pedro Báez: “Estamos ante la oportunidad histórica de volver al primer plano de las decisiones políticas”

“Toda la dirigencia política y social entrerriana que trabajamos con el deseo de ver grande a Entre Ríos encontramos un formidable estímulo en la posibilidad” de que el gobernador sea Presidente, dijo Pedro Báez en un reportaje.
Reproducimos textual el extenso reportaje realizado al ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, publicado en El Heraldo de Concordia. Más allá de la órbita de su Ministerio, con el periodista R.W.Caminos, habló de la realidad provincial y nacional, de nuevos programas de gestión, de los sindicatos y la puja por la redistribución, del lugar que ocupa Concordia en su vida política y de la precandiddatura a Presidente del gobernador Sergio Urribarri. No respondió si va a ser precandidato: “No le parece que es muy temprano para hablar de eso”, manifestó ante la pregunta de Caminos.

—¿Cómo se siente en el gabinete provincial la posibilidad de que Urribarri sea Presidente?
—Como un factor potenciador; toda la dirigencia política y social entrerriana que trabajamos con el deseo de ver grande a Entre Ríos encontramos un formidable estímulo en esa posibilidad. Creo que va más allá del peronismo, diría que todos los que estudian, trabajan y producen olfatean la oportunidad histórica de volver al primer plano de las decisiones políticas, y eso, es un mérito de Urribarri.
En la gestión implica una doble responsabilidad: gestionar, resolver cosas todos los días, proyectar los casi dos años que aún quedan de gobierno y transmitir a la ciudadanía que el sueño entrerriano no es una entronización personal; es una construcción colectiva que se hace día a día, ladrillo por ladrillo y por lo tanto la política hoy más que nunca debe estar a la altura de las circunstancias.

—¿Qué hace el Ministerio a su cargo en esta segunda mitad de gestión?
—Diseñamos un conjunto de acciones para esta segunda mitad de la gestión, recuerde que somos el Ministerio más joven ya que estamos cumpliendo apenas 2 años. Se trabajó para fortalecer el concepto de cultura unido a la inclusión, la memoria, la igualdad, la identidad; ese ha sido el norte de nuestro trabajo, tratamos de aunar esfuerzos con los trabajadores de la cultura. No queremos trabajar para ellos ni que ellos trabajen para nosotros sino que, juntos, trabajemos para el pueblo, y especialmente para los que menos tienen. La gran batalla que tenemos que disputar los argentinos es cultural. Y es necesario ganarla porque algunos nos quieren hacer creer que la Argentina actual es la misma del 2001. A la cultura le corresponde encontrar o construir los símbolos y las metáforas que permitan interpretar que este tiempo ha sido ni más ni menos que el de la reconstrucción nacional, la recuperación de la esperanza y que solo somos viables si continuamos por este rumbo.

—¿De qué forma se llevan a la acción estas ideas?
—No hay magia, se requiere mucho esfuerzo, trabajo, compromiso y un claro sentido de hacia dónde deben apuntar las políticas públicas. Mire, miles de personas - especialmente gurises de los barrios-, ya han entrado a los museos a disfrutar y a aprender, muchos miles más pudieron asistir a recitales gratuitos a ver rock, música litoraleña o a la Orquesta Sinfónica. Nunca nuestros artistas tuvieron tantos escenarios para mostrar sus producciones. Hay que persistir en ese esfuerzo, con mayores niveles de participación popular, que el pueblo se apropie de esos derechos. Estamos llevando teatro, música, talleres, capacitaciones, a todos los puntos de la provincia. En paralelo estamos desarrollando un fantástico programa de orquestas, bandas y coros infantiles en donde ya participan más de 1500 gurises y los resultados son sensacionales en términos de mejoramiento integran de sus conductas y especialmente del proceso de aprendizaje musical y escolar.

—Ministro lo saco de tema, la mayoría de las paritarias van cerrando pero los sindicatos sostienen que los aumentos son insuficientes. ¿Cómo ve la lucha para este año?
—Es un problema lindo, es la puja por la redistribución. Hace 10 años no había nada para repartir y los gremios lo único que tenían para negociar era despidos y suspensiones. Es un tema muy sensible, la puja es legítima y saludable, se trata de los recursos que dan dignidad a las familias, pero hay que salir de la coyuntura y hacer evaluaciones a más plazo. Claro que la devaluación no es buena en tanto desequilibra la distribución del ingreso y además afecta al consumo, son desafíos que la política y el modelo aún debe mostrar que puede superar para no verse condicionado por los agroexportadores cada vez que el proceso de industrialización requiera divisas para importar componentes indispensables.

—El último paro fue importante. ¿Cuál es su reflexión?
—Nadie niega la inflación ni el impacto devaluatorio en los sectores de ingresos fijos, pero esta fuera de discusión que después de Perón fueron los gobiernos de Néstor y Cristina los que más dignidad y recuperación del poder adquisitivo le dieron a los trabajadores, sin contar los 6 millones de puestos de trabajo creados en estos años. Son varias aristas para un problema que tiene su complejidad en un mundo que atraviesa su mayor crisis financiera de la historia, pero de ahí a que vengan Moyano y Barrionuevo junto a la Sociedad Rural a marcar la cancha hay un abismo. Lo que hubo los otros días fue un gran piquete nacional que impidió el derecho a concurrir a sus lugares de trabajo y en nada ayuda a los laburantes.

—¿Y entonces cuál es la salida que tiene el gobierno para resolver esto?
—Hay varias etapas: lo primero era reconocer que había que recuperar competitividad para la producción nacional, no sólo desde el tipo de cambio para los sectores exportadores, sino también desde el monitoreo exhaustivo de las cadenas de valor; hay que desenmascarar y desterrar los eslabones que se quedan con gran parte del negocio. Hablo de la intermediación, que les deja a los productores una renta mínima y en eso se está trabajando. Lo segundo es ver la estructura de formación de precios en el país, grandes empresas y cadenas de comercialización concentradas en pocas manos y a esos no les importa nada a la hora de fijar los precios. Pero hay que reconocer que el programa Precios Cuidados y sus ampliaciones han logrado una desaceleración del índice inflacionario y sin cantar victoria es una lucha popular que va obteniendo resultados como nunca antes en la historia. Estos sectores han demostrado históricamente que cuando quisieron provocaron hiperinflación y tumbar gobiernos lo han logrado, por eso digo que esta es una pelea de fondo y que la llevamos dignamente.

—¿Pero alcanza con eso?
—No, pero no mire la foto, mire la película. Es muy injusto plantear en esta coyuntura la síntesis de los 10 años de gobierno kirchnerista. Tengamos memoria, Concordia era conocida como la «capital nacional de la pobreza» con más del 20 por ciento de desocupación, el Estado municipal recibía 0 peso de coparticipación, no había ni para una aspirina y muchísima gente podía comer porque existía el trueque. Nosotros admitimos la discusión en cualquier terreno, pero a partir del reconocimiento de que estamos mucho mejor, sobre la negación no hay discusión posible. La Argentina tiene niveles de desempleo muy bajos, el consumo y el turismo se mantienen en altos, la actividad industrial vuelve a crecer y nuestro agro tiene los productos que el mundo necesita. Otro cambio sustancial es que este proyecto político recuperó YPF en manos de dos entrerrianos: Galuccio y Urribarri, eso sumado a la reinserción de la Argentina en los sistemas de crédito internacional abre otra perspectiva. No será un lecho de rosas pero, obviando la coyuntura, el país está listo para dar un salto cualitativo. Todos los tipos serios reconocen la diferencia entre buscar créditos para pagar intereses al FMI, y buscar financiamiento para el desarrollo, agregar valor, productividad y, por extensión mejoras salariales. Así lo viene haciendo este proyecto político desde 2003 y nadie está pensando en dar un paso atrás. Al contrario: vamos por todo.

—Usted está muy cerca de Urribarri; ¿cómo cayó la ida de Adrián Fuertes?
—Se veía venir, me voy a ahorrar los calificativos pero Villaguay creció mucho en estos años. ¿Será producto del trabajo de una persona o por la acción articulada de un Gobierno que se identificó como nunca antes con un proyecto nacional?; cada uno tendrá una respuesta, pero con Urribarri le fue mejor a todos los entrerrianos y Villaguay es una de las perlitas. Además, y no es para que se enoje nadie, a Adrián no lo cuento en el inventario del 2008 cuando nos enfrentamos con las patronales agropecuarias que nos quisieron tomar la Casa de Gobierno, quizás está en el lugar que siempre quiso estar, el tiempo dirá.

—Concordia ocupó un lugar importante en su vida política, ¿qué lugar ocupa hoy en sus preocupaciones como ministro?
—En Concordia viví los momentos más memorables de mi vida, tienen que ver con mi formación con otros compañeros en una pieza de pensión leyendo los clásicos del peronismo: Hernández Arregui, Jauretche, Perón, etcétera, y a la vez en la práctica política en sí, en tiempos de resistencia cuando el peronismo era derrotado electoralmente por primera vez en su historia en manos del radicalismo merced a una conducción que nosotros definimos como «mariscales de la derrota». Ahí compartíamos ámbitos de discusión política compañeros que nos iniciábamos en los ’80, con aquellos de la generación de los ’70 que habían sobrevivido la represión. Nos encontrábamos intergeneracionalmente en la lucha por los desaparecidos, por las banderas históricas del peronismo, por la cuarta rama de la JP, por la Nicaragua sandinista y la reivindicación de los militantes del peronismo revolucionario. Ahí compartí la lucha por una universidad popular en la JUP y desde ahí llegamos a conformar la JUP provincial y nacional, la única rama del peronismo que se reorganizó nacionalmente en una estructura única luego de la dictadura. Ahí nos encontramos con el Vasco Orduna, que ha sido un referente importante en mi vida política. Desde ahí aportamos al triunfo del ’87 y el regreso del peronismo al gobierno en la mayoría de las provincias argentinas. En ese tiempo y en la misma militancia conocí a Sonia, la madre de mis hijos.
Entonces sentía que, pese a las adversidades, estaba en el lugar adecuado y en el momento justo para vivir el peronismo, porque en Concordia el peronismo te lo hace sentir el pueblo, vive y se respira en los barrios, en los clubes, en las vecinales, en los ámbitos sociales, solidarios, en las esquinas. Ahí aprendí la importancia estratégica que tiene Concordia en el marco del peronismo provincial en cualquier armado político y como lugar central para pensar una provincia desarrollada y con inclusión social. Ése es el lugar de dignidad al que la devolvió Urribarri, luego de años de postergación y de ser estigmatizada nacionalmente por sus indicadores sociales y por el cortoplacismo de ciertos dirigentes que hoy pertenecen al pasado. Este salto al futuro que vive Concordia por estos tiempos hace que por ejemplo estuviera en lugar de relevancia en la agenda del gobernador en China y Japón, y ver esta realidad de Concordia me pone realmente muy contento, está siempre en mi pensamiento como militante y como ministro.

En materia de telecomunicaciones, que es el otro ámbito que integra la cartera, Báez anticipó que los planes para esta etapa son ambiciosos. «Continúa a buen ritmo el tendido de la red federal de fibra óptica y a través de convenios firmados recientemente con la Nación por nuestro gobernador, se transfiere a la provincia parte de esa infraestructura, y eso nos va a dar la conectividad para los estados municipales y el provincial. Además, se dispuso de un fideicomiso para el financiamiento de la ejecución de las redes de última milla, lo que supone un avance enorme para el desarrollo de nuestros pueblos», resaltó.

Respecto a la televisión digital abierta, el ministro señaló que «Entre Ríos sigue siendo pionera» e informó que en Concordia ya está funcionando en modo de prueba la antena y la planta transmisora. Dijo que el servicio será inaugurado oficialmente en las próximas semanas y añadió que, en paralelo se van a entregar 3.500 receptores para las personas de los sectores más vulnerables. «Una vez más, los que menos tienen van a acceder primero a una tecnología de primer nivel y a una televisión de máxima calidad, tanto en imagen y sonido, como en contenido», concluyó.

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