Crédito: La Voz del Interior
A los pocos segundos, hubo un segundo golpazo, pero más fuerte. Sin embargo, antes de que llegara a reaccionar, la jubilada se encontró en la cocina con dos hombres encapuchados que la apuntaban con armas de fuego. Uno de ellos le apoyó la pistola en la cabeza.
Los "rompepuertas" habían saltado la reja perimetral del domicilio. Para no tener problemas, antes habían dopado a las dos perras de la jubilada, una de ellas de raza doberman.
El robo que sufrió Mirta el domingo último a la noche se convirtió en el quinto episodio de estas características en pocas semanas contra domicilios ubicados en el barrio La Salle, próximo a Argüello, en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba.
Si bien la víctima, una mujer de 76 años, no sufrió golpes, el episodio sí fue violento.
Los ladrones se apoderaron de algunos electrodomésticos y otras pertenencias para luego escapar en un vehículo en el que aguardaba un cómplice.
Eran las 20 del domingo cuando los dos delincuentes rompieron a patadas la puerta de calle del domicilio ubicado en Daniel Conci al 8200, a pocos metros de la intersección con Viracocha.
"¡La plata, la plata, danos la plata!", exigía quien hacía las veces de líder, arma en mano.
"Soy jubilada, no tengo nada", alcanzó a responder Mirta, cuando el delincuente volvió a apuntarle a la cabeza.
La mujer fue llevada mediante amenazas a su habitación, mientras los ladrones comenzaron a revolver la casa.
"Por suerte, no la lastimaron. Fue algo muy feo, muy estresante lo que pasó. Pero, por suerte, no la golpearon. Lamentablemente hay que agradecer a Dios de que no pasó nada. Es como un consuelo", expresó Javier, hijo de la víctima, quien vive a pocas cuadras, e indicó que los robos son permanentes, al tiempo que añadió que no se ve patrullaje de la Policía.
Los delincuentes se apoderaron de dos televisores LCD, algunos billetes, diversas alhajas y otras pertenencias menores, que cargaron en un auto, cuyas características no están claras.
"Los delincuentes hablaban bien y estaban bien vestidos y tapaban sus rostros", expresó la mujer, quien vive sola.
En un momento del asalto, la jubilada intentó convencer a los ladrones de que se alejaran del delito.
"Son chicos lindos, buenos, ¿por qué hacen esto? Miren si yo me les muero en este momento. . . ¿Qué hacen?", les dijo. "Cállese", fue la respuesta.
Según los vecinos, en las últimas semanas se produjeron episodios delictivos similares en el sector.
Algunos sucedieron en momentos en que los moradores no se encontraban presentes.
Animales dopados
Un dato que no pasa inadvertido es que las dos perras que la mujer tiene frente a su casa fueron dopadas con alguna sustancia.
"Las durmieron con algo, porque nunca ladraron, nunca reaccionaron. Y quedaron así un rato", comentó la jubilada. Se trata de una doberman y una perra de raza schnauzer.
