Policiales Vía mensajes de texto

Enfermera dio detalles de cómo Gustavo Alfonzo la amenazaba desde la cárcel

A pesar de estar preso, el ex publicista preso por explotación de menores, amenazaba a la trabajadora del Masvernat. La víctima dio detalles de los "aprietes" con los que Alfonzo lograba beneficios para su pareja.
La enfermera, que realizó la denuncia policial, contó que todo comenzó a principio del año 2017, cuando paso de cumplír labores en la Guardia del hospital Delicia Masvernat de Concordia para hacerse cargo de la jefatura de enfermeras del área de Ginecología, donde "empiezo el 29 de marzo a trabajar" y empezar a padecer los beneficios que tenía una trabajadora del lugar de nombre Yolanda Zárate, que "le daba participación a su esposo (Gustavo Alfonzo) sobre su trabajo dentro del hospital".

En ese mes de abril, el ex publicista (que ya estaba condenado por la explotación sexual de una menor) la contactó comentándole que "él sabía cuántas camas y cuanto personal yo tenía en el servicio", por lo que le ofrecía su ayuda para que el sector "salga adelante", y remarcando que la ahora denunciante debía serle "leal" a otra enfermera jerárquica "que te puso en ese lugar".

La víctima detalló a este medio que "así Alfonzo fue entrando en mi vida". Subrayando que el hombre condenado "sabía cuántos eran en mi familia, cuántos hijos tenía, quiénes vivían conmigo, etc".

En esos menesteres y manejos extorsivos, el ex publicista le explicaba que "debía darle una mano a la jefa del área". Subrayando que a pesar de estar privado de la libertad, estaba "enterado de todo, quién venía, entraba, cuantos pacientes teníamos".

Las amenazas y el punto conflictivo llegaron inexorablemente, involucrando al hijo de la denunciante. "Me amenazó de muerte a mí y a mi familia diciendo "mirá que esto no te conviene, porque la droga mueve mucho", afirmó la denunciante.

La enfermera reconoció que por esos tiempos se sintió como "un títere" de Alfonzo, quién se inmiscuía hasta en la programación de la Guardia. Lo que la llevó a varios intentos de renunciar, pero siempre recibía amenazas y agresiones por parte del acusado.

En resumen, desde su casa donde cumplía prisión domiciliaria y luego desde su celda en Gualeguaychú, Alfonzo organizaba todo el servicio del nosocomio. Llegando al punto de establecer vía mensajes amenazantes, los días francos con los que la denunciante debía favorecer a Yolanda Zárate. "Ella (por Yolanda Zarate) nunca me trajo una nota diciéndome que tenías que ir a la cárcel de Gualeguaychú. Pero por pedido del esposo yo tenía que ponerla en el turno de lunes a la noche, porque martes y miércoles tenía que darle franco". Mientras que "jueves y viernes tenías que trabajar de noche. Eso era el cronograma que me pasaba el señor".

"Ninguno de mis superiores hacía nada y la vida de mi hijo estaba en juego", explicó la trabajadora. Agregando que ? durante todo este tiempo ? se encargó de recopilar pruebas, que ahora entregó a la Justicia.

Apoyos
"Vinieron desde el Ministerio de Salud y la propia ministra me dio su apoyo incondicional", dijo la denunciante; quién espera que ahora "la Justicia haga su trabajo".

En ese marco, la mujer detalló que el abogado Daniel Cedro, es "quien me representa legalmente y es en quien deposité toda mi confianza".

Por todas estas desprolijidades, en la cartera provincial se abrió un sumario interno, con un expediente que lleva como asunto: "Remite informe de reunión de fecha 4/01/18 por situación irregular relacionada al desempeño profesional del departamento de Enfermería del Hospital Masvernat de Concordia".

Vale recordar que Gustavo Alfonzo fue condenado el 2 de marzo de 2017 por el Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná a 10 años de prisión. La pena es por Trata de una persona menor de edad con fines de explotación sexual. El debate oral ventiló detalles del caso particular y un modus operandi a través del cual, Alfonzo supo comandar grupos de chicas menores y mayores de edad, a quienes ofrecía en fiestas privadas y boliches. Las adolescentes eran captadas a través de ofertas de trabajo como productoras radiales o promotoras de eventos, pero terminaban siendo mercancía sexual. (Diario Río Uruguay)
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