Goro declaró y mantuvo lo que viene diciendo desde el día del hecho: que esa noche leyó la Biblia, se acostó alrededor de las 23 y cuando se despertó a las 7 fue porque golpeaban la puerta de la celda, de la que dijo estaba cerrada desde adentro, atada con un elástico, que logró romper con los dientes. También dijo que la ventana de la celda estaba cerrada por dentro, atada con alambre de fardo. El imputado, sostuvo que no escuchó nada, añadiendo que no sabe quién cerró las aberturas por dentro.
Según informaron fuentes judiciales, los forenses Luis Molteni y Luis Moyano, incorporaron nuevos puntos que surgieron de la autopsia. En este sentido, el primero sostuvo que cuando intervino en el lugar del hecho, entre las 7.30 y las 8, el cuerpo sin vida de Duarte no presentaba rigidez cadavérica. Según su testimonio, estas se presentan no más de tres horas después de producido el deceso. En este sentido, ubica la posible hora de muerte dentro de la franja que se sostiene en la imputación, entre las 4.45 y las 7.30.
Esta versión se contrapone con la del perito Walter Daniel Aguirre, que en la primera jornada planteo que por otros indicadores, puntualmente las livideces cadavéricas, la hora de muerte del reo debió suceder varias horas antes. Por su parte, Moyano agregó que
Duarte pudo ser atacado por más de una persona, entendiendo que es poco probable que una sola persona haya podido reducir al joven que pesaba 79 kilos y medía 1,82 metros. Ayer también declararon familiares de Duarte, quienes también sostuvieron lo que manifestaron en los primeros momentos de la investigación. Así, mantuvieron que aquel les manifestó sus miedos a que le quitaran la vida, aunque sin señalar a alguien en particular, al tiempo que les advertía que un grupo de tres reclusos lo quería violar.
Los testigos también recordaron que lo vieron a Duarte desmejorado y golpeado, aunque la autopsia no lo reveló. Los familiares expresaron que el director de la UP Nº 1 en aquel momento, José Luis Mondragón, les dijo que Duarte se había suicidado. El defensor pidió que se lo convoque a Mondragón para que preste declaración testimonial y el Tribunal accedió. Al igual que en la primera jornada, declararon numerosos agentes penitenciarios, que como sus colegas que lo hicieron en la primera jornada exhibieron poca memoria y dieron pocas precisiones de la dinámica del hecho. (El Diario)