Policiales Ocurrió en septiembre de 2015

Dos personas fueron condenadas por transportar 1.000 kilos de droga

Dos hombres admitieron que transportaban una tonelada de marihuana por encargo de un empresario de nacionalidad paraguaya, a quien no quisieron delatar. En un juicio abreviado, acordaron una condena de 6 años de prisión.
El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a dos personas que transportaban más de 1.000 kilos de marihuana a través de rutas provinciales. La droga estaba oculta en la caja de una camioneta que había sido robada en el sur del país y, se presume, pertenecía a un empresario de nacionalidad paraguaya a quien se negaron a delatar.

Christian Ulises Cafferata y Gabriel Eduardo Lugo, ambos misioneros, fueron condenados a seis años de prisión y multa de $5.000 luego de que admitieran en un juicio abreviado que transportaban 1.048 kilos de marihuana desde el norte argentino. En la audiencia, ante la jueza Lilia Carnero, el primero de ellos dijo que la droga le pertenecía a un empresario de nacionalidad paraguaya, que les encargó el transporte hasta la Ciudad de Buenos Aires.
Tampoco se logró ubicar a un segundo vehículo que, se presume, oficiaba como puntero, marcando los controles policiales y cualquier tipo de novedad que se fuera produciendo durante el recorrido.
Control en la ruta
No obstante, la jueza dejó en claro que Cafferata y Lugo "sabían que transportaba el estupefaciente para propagarlo dentro de nuestro país, desplazándose desde el norte ?lugar de aprovisionamiento? según dan cuenta los datos reunidos en el procedimiento hacia la ciudad de Buenos Aires, donde sería distribuida", pero puso de resalto que en su confesión, ambos "se mostraron arrepentidos manifestando en todo momento que el transporte lo hicieron por necesidad" y expresaron su deseo "de salir a trabajar para mantener a su familia".
Control y fuga. Cafferata y Lugo fueron sorprendidos en un puesto caminero de control vehicular y documentológico que la Policía de Entre Ríos tiene en Paso Telégrafo, sobre la Ruta Nacional 12, en el departamento La Paz.
Persecución en la ruta
Eran las 2.15 de la madrugada del 17 de septiembre de 2015. Cafferata, al volante de una camioneta Toyota Hilux, exhibió una cédula de identificación del automotor, constancia de seguro y el carnet de conducir a su nombre; pero cuando los policías le pidieron que exhibiera la carga que llevaba cubierta con una lona en la caja, imprevistamente se dio a la fuga con las luces apagadas, en dirección a la ciudad de La Paz. Eso derivó en una persecución que terminó con el hallazgo de la camioneta unos cuantos kilómetros más adelante, pero sin los ocupantes. Dentro de la camioneta encontraron 23 bultos, dentro de los cuales se hallaron 502 envoltorios en forma de ladrillos y 10 planchas rectangulares grandes con características compatibles con la marihuana; y en la parte trasera del habitáculo había otros 498 paquetes rectangulares. Los 1.000 paquetes, distribuidos en 46 bolsas de consorcio y 10 planchas rectangulares, dieron un peso total de 1.048 kilos.
Los ocupantes fueron localizados varias horas después, tras Finalmente, como resultado de los operativos de rastrillaje desplegados en inmediaciones de un campo de Arroyo Hondo, en la zona rural de La Paz.

Se supo luego que la camioneta registraba una prohibición para circular, y que unas semanas antes Lugo había sido multado por incumplimiento de las normas de transferencia de dominio de los automotores en el mismo puesto caminero y la canceló en efectivo para poder continuar el viaje. La sospecha es que esa vez también transportaba droga.
La cabeza de la banda
El nombre de Christian Ulises Cafferatta está vinculado al narcotráfico: arrastra una condena de 7 años por transporte de estupefacientes y cuando fue detenido en el puesto caminero de Paso Telégrafo se encontraba bajo libertad condicional.
Y también ha sonado fuerte en Entre Ríos y Santa Fe.

En octubre de 2011, un testigo de identidad se presentó en el Juzgado Federal de Paraná diciendo que una persona a la que identificó como Luis Menelio Ayala transportaría cerca de 2 toneladas de marihuana desde Misiones hacia la capital entrerriana, Santa Fe y Rosario. Dijo también que Ayala había asumido la conducción de la organización delictiva tras la caída de Christian Ulises Cafferatta en la provincia de Corrientes, dio detalles sobre los lugares de encuentro, hoteles donde se hospedan los integrantes de la organización y las rutas por las que viajaban hasta los centros de provisión.
De acuerdo a su testimonio, Ayala viajaba "haciendo punta", pero no transportaba droga, y detrás suyo iría un camión que llevaba los estupefacientes.
Los contactos de la banda
El testigo de identidad reservada dijo que Ayala y Cafferatta "son los dueños del negocio", aunque el primero había asumido el control de la organización a raíz de la detención de Cafferatta en la provincia de Corrientes. Proporcionó además los nombres de las personas que integraban la organización delictiva y a sus contactos en los puntos de entrega de la droga: "Las personas involucradas en Paraná son uno que se llama Rodrigo, en San Benito; Cristian Larrosa o Darrosa y otro que llaman Hugo; en Santa Fe, proveen a un barrabrava de Colón apodado El Chavo y a Cristian Larrosa o Darrosa; en Rosario, a un tal Mario León y a su hijo, así como a Enrique".

Para esa época la organización que encabezaban Cafferatra y Ayala realizaba tres viajes por mes transportando marihuana desde el norte hacia las provincias de Entre Ríos y Santa Fe. De hecho se comprobó que ambos habían estado en Paraná en el año 2010 y que se alojaron en un hotel de Avenida Almafuerte: Ayala estuvo los días 22 y 23 de agosto y Cafferatta se alojó entre el 18 y el 21 de septiembre.

Los datos permitieron la detención de Ayala. Eso ocurrió el 15 de octubre, cuatro días después de la declaración del testigo de identidad reservada. Efectivos de Gendarmería lo interceptaron a pocos kilómetros de La Paz. Conducía un Renault Megane de color verde en el que le encontraron tres ladrillos pequeños de marihuana, cuyo peso total arrojó 2,549 kilos, que estaban escondidos en distintos compartimentos del vehículo.
El camión con los dos mil kilos, sin embargo, no apareció.
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