Policiales Ocurrió en Gualeguaychú

Podrían archivar el crimen de un joven asesinado de siete puñaladas

Con la medida, se impide que siga corriendo el tiempo de prescripción y se reabriría ante la aparición de nuevos datos o hasta que se localicen a cuatro personas, que son claves para las pruebas que restan producirse.
El homicidio de Leonardo Herrera se conoció en la mañana del 1 de julio del 2011 en Gualeguaychú y desde entonces mucha agua ha corrido por debajo del puente. Desde que se inició la investigación, la causa ha pasado por varias manos. Primero estuvo bajo la órbita del ex juez de Instrucción Nº 3, Sergio Carboni, pero tras su jubilación pasó al Juzgado de Instrucción Nº 1 de Eduardo García Jurado, que lo suplantó interinamente. Tras la Reforma Procesal Penal en Entre Ríos, todo recayó en el Juzgado de Garantías y Transición de María Angélica Pivas, pero tras su nombramiento como vocal de la Cámara de Gualeguay, pasó a manos del actual Juzgado de Garantías de Mario Figueroa.

Según lo que se pudo establecer el día en que se conoció el homicidio, el joven tenía un corte de 10 centímetros sobre el lateral derecho del cuello, en la zona de la arteria aorta, y siete puñaladas en el tórax. Desde ese día se tomó la posible hipótesis de que habían actuado entre tres y cuatro personas, incluso se habló de la filmación de una cámara de seguridad, pero nunca se pudo ver fielmente lo que mostraban esas imágenes, y mucho menos identificar a alguien.

Han transcurrido seis años y por el momento no han surgido pruebas contundentes que puedan involucrar a sospechosos. Incluso, no está del todo claro el móvil que originó el crimen. Aún se evalúan las tres hipótesis que surgieron en un primer momento: el robo, el ajuste de cuentas y la disputa por alguna mujer.
Pero lo que se ha convertido en un misterio es la "desaparición" de cuatro personas que se espera llevar ante el Juez de Garantías para que brinden declaración. A estos se les extraerán muestras de sangre para comparar su ADN con los que existen en la causa, y además se cotejarán sus huellas digitales con los rastros obtenidos en la escena del crimen. Pero desde hace más de un año no se ha podido localizar a ninguno de estos personajes.
El problema más grande
Una de las pruebas más importantes con las que se contaba en un principio era la filmación de una cámara de seguridad de la guardería de lanchas del Camino de la Costa y Calle 2, en las que se observaba el tránsito de un vehículo en la hora señalada en la que ocurrió el crimen. Pero con esto hubo un grave inconveniente: nunca se pudo distinguir nada de esa imagen por la baja calidad de la filmación.
El video se remitió para ser analizado, pero nunca se pudo mejorar. Los pixeles no eran lo suficientes como para estirar la imagen sin que perdiera claridad, pero además se dificultó realizarlo con otro tipo de tecnología debido a la deficiencia del sistema informático que existe en Entre Ríos.

En un primer término la querella solicitó que esas imágenes fueran remitidas a la Policía Federal o a Gendarmería Nacional, pero desde la Justicia se negó ese pedido y se requirió que se le preguntara a la Dirección de Criminalística de la Policía de Entre Ríos para saber si había incorporado tecnología para ello. Pero hasta el momento la fuerza provincial no cuenta con esa modernidad.
Esto lo confirmó el abogado de la familia Herrera, Pablo Di Lollo, que en diálogo con ElDía aseguró que "la causa no avanza porque no hay tecnología suficiente como para profundizar la investigación como se debería".

Pero el querellante no solo se refirió a lo ocurrido con las imágenes. Manifestó que hay otros pedidos de pruebas que están incompletos y la falta de tecnología en la provincia es una de las cuestiones que no ayuda a que la investigación avance, y citó como ejemplo los cotejos de huellas dactilares que se han realizado, se han analizado a simple vista, con una lupa.
Los más buscados
En la causa existen cuatro nombres de personas que son buscados desde hace más de un año y aún no se ha podido localizarlos. A estos cuatro hombres se les debe tomar sus huellas digitales para cotejarlas con las que se levantaron en la escena del crimen y además extraerles sangre para el análisis de ADN.

Encontrar a estas personas servirá para descartarlos o no. Uno de ellos fue nombrado por un testigo hace tres años atrás, y desde ese entonces se lo busca. Habría estado alojado en varios centros de adicciones en distintos puntos del país, pero cuando se lo busca no se lo ubica.
Existen declaraciones de un testigo que relaciona a ciertas personas con el hecho, pero desde el punto de vista probatorio no hay o no han aparecido elementos convergentes que puedan apoyar esas acusaciones. Ese relato brinda detalles que solo puede conocer una persona que estuvo en la casa donde ocurrió el homicidio o uno de los que estuvo le contó. Se trata de descripciones sobre lo que había adentro del inmueble y el modo de la muerte de Leonardo Hererra. Incluso nombraría a quiénes lo mataron.
La posibilidad de archivo
Figueroa habría tomado la decisión de archivar la investigación hasta que aparezcan nuevos elementos. "El expediente tiene un término. Si se archiva no corre la prescripción, se para la investigación sin perjuicio de que con cualquier elemento nuevo que aparezca se pueda reabrir la investigación", explicó a ElDía una fuente judicial consultada.

Respecto a esto, Di Lollo opinó: "Para mí sería un error archivar la causa, aún con las dificultades que hay para producir pruebas, no hay porque archivarla porque todavía está viva. Se están tomando medidas de pruebas que no prosperan porque para descartar el cotejo de huellas y el ADN hay que encontrar a esas personas mencionadas desde el inicio de la causa y que siempre se tuvo cuidado en llamarlas como testigos porque de recogerse otros elementos de prueba podrían ser llamados a tomarles declaración indagatoria y esas personas están sospechadas de haber estado en el hecho".
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