Policiales Juicio

Intentan demostrar que el acusado de matar a un joven no era amigo de éste

La querella quiso demostrar que el acusado de matar accidentalmente a un joven no era amigo de éste, tal como sostuvo el acusado. Siete testigos aportaron pistas sobre estas hipótesis.
Hugo Rivero
Foto: Hugo Rivero
Crédito: El Diario
El querellante particular Roberto Alsina convocó a siete testigos amigos y vecinos de Sebastián Espinosa, que tenía 23 años el 4 de mayo de 2015 cuando falleció tras recibir un disparo en el pecho, efectuado accidentalmente por Hugo Rivero, para que den testimonio respecto de la amistad entre víctima y victimario, puesto que éste sostuvo que Espinosa era su amigo.

También los requirió para que den cuenta si era habitual en Espinosa saludar a sus amigos con "bromas pesadas" instándolos a pelear. Los siete testigos corroboraron la hipótesis del querellante, que logró que la causa se analice también bajo la calificación alternativa de Homicidio con dolo eventual, puesto que la misma se sustanció como Homicidio culposo. Antes que declararan los allegados a la víctima, declaró la psicóloga Gabriela Torregrosa, que le realizó una pericia psicológica a Rivero por orden del Juzgado de La Paz. La profesional sostuvo que el imputado es normal, que tiene tendencias depresivas, las que se profundizaron después del hecho. También dijo que en las entrevistas que mantuvo con Rivero, este se hizo cargo del hecho, y añadió que sufre de estrés postraumático crónico.

Torregrosa precisó que el traslado de Rivero a otra ciudad y el nacimiento de su hijo no lograron menguar el nivel de angustia que padece, por el contrario lo profundizaron.

En este sentido explicó que lo primero se debe a que sufre de ansiedad persecutoria, precisando que se trata de un cuadro en el que el paciente cree que al cambiar lugares y conductas puede superar una situación traumática, pero sin embargo lleva el síntoma al nuevo lugar.

Respecto de lo segundo, explicó que ser padre le causó más angustia porque se posicionaba en el lugar de los padres de Espinosa y se imaginaba cómo se debían sentir. La profesional sostuvo que recomendó que Rivero iniciara tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Los hermanos Víctor y Ramiro Fontanini, vecinos y amigos de la infancia de Espinosa; Rocío Centurión, que estudiaba el profesorado de Educación Física con la víctima; Sergio Barreto y Nicolás Velázquez, amigos de una batucada de Santa Elena, sostuvieron, desde distintos lugares, relatos coincidentes en los que de derribaron el relato que realizó Rivero en su defensa, cuando contó que era muy amigo de Espinosa, y que el día del hecho, aquel ingresó a la estación de servicio Rhasa y lo saludó "inocentemente" con una broma diciéndole "a vos qué te pasa, te voy a romper todo", en alusión a la diferencia física que los distinguía.

Todos coincidieron en señalar que Espinosa, que sostenía amistades en distintos ámbitos, nunca mencionó a Rivero, algunos sostuvieron que "jamás" lo nombró delante de ellos, y los que sabían de Rivero, manifestaron que "sólo era un conocido".

De los testimonios surgió que víctima y victimario compartían actividades en una comparsa, aunque se resaltó que a pesar de eso ambos no eran "amigos".

También fueron coincidentes los relatos en que Espinosa no era de hacer "bromas pesadas". En este punto algunos relatos fueron ambiguos ya que precisaron que sí era de hacer bromas "con la hermana o una prima", descartando que apelara a provocar una pelea de ficción animada por una estrecha amistad.

Contradicción
Néstor Fabián Ojeda y Miguel Sebastián Luque llegaron con Espinosa a la estación Nueva Rhasa, ubicada en la intersección de calles Avenida Presidente Perón y Tratado del Pilar, en Santa Elena, alrededor de las 0.45.

El martes, ambos sostuvieron una versión diferente a la que brindó el imputado. Si bien sostuvieron que se trató de un hecho accidental, aportaron que Rivero le apuntó a Espinosa con la escopeta cuando se le escapó el disparo, contradiciendo el relato de aquel que dijo que el disparó se produjo cuando intentó pasarle el arma a Espinosa por encima de una góndola.
Fuente: El Diario
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