Policiales Córdoba

Crecen las dudas por la muerte de la niña que había ido a comprar caramelos

Se trata de Luna, la nena que jugaba a ser princesa y que hoy todos lloran en un pueblo cordobés. La autopsia no está lista. Un vecino, con falencias cognitivas, está preso por una sospecha leve de crimen.
Crecen las dudas por la muerte de la niña que había ido a comprar caramelos
Foto: Crecen las dudas por la muerte de la niña que había ido a comprar caramelos
Crédito: La Voz
Su vida transcurría de una esquina a otra, sobre la calle José Luis Cabezas al 400 del pequeño pueblo de Tío Pujio, ubicado 133 kilómetros al sudeste de la ciudad de Córdoba.

La imagen que sus vecinos tienen de ella es verla caminar de la mano con su hermano de 3 años.

La recuerdan yendo a comprar cosas al quiosco, jugando con otros chicos, o bien acercándose a las viviendas de los alrededores donde les daban algo de comer.

"Era muy alegre, siempre estaba sonriendo y hablaba mucho", contó una vecina. Muy cerca de su patio, de su vereda, en la misma manzana de su casa, Luna Viera encontró una tarde su muerte, cuando apenas empezaba su vida.

"Me voy a buscar el vestido de princesa y vengo a jugar", recordó alguien que les dijo Luna a otras niñas, pasado el mediodía del miércoles. El grupo de chicas estaba en la esquina del quiosco donde su madre la había mandado con 50 pesos a comprar caramelos. La siesta soleada parecía ideal para entretenerse en la calle, donde ella pasaba gran parte del día.

Un vecino aseguró que la vio pasar entre las 14.30 y las 14.45 horas de regreso a su casa, con la bolsa de caramelos comprados en el quiosco. "Después me metí adentro y no vi más nada", comentó.

La dueña de la casa de calle Intendente Alcántara 365, donde encontraron el cuerpo, había salido por esas horas a caminar. No había nadie cuando todo pasó. La mujer, de regreso, entró a lo de una vecina de enfrente a tomar mates. Por entonces, Luna ya estaba tirada en su patio. Se enteró cuando llegaron los bomberos. Antes, no vio ni escuchó nada.

Por la muerte de Luna, Mariano Cingolani Gutiérrez, vecino de la cuadra, está preso e imputado por "sospecha leve" de homicidio simple, por orden de la fiscal Silvia Maldonado. No está claro si la empujó para que cayera de una tapia o qué habría querido hacer.

Desde la Justicia señalan que la autopsia "no está concluida".

Cingolani nació y vivió siempre en la misma casa, al lado de donde encontraron el cuerpo de la niña.

Varios testimonios coinciden en señalarlo como una persona con alguna dificultad de aprendizaje, pero nadie recordaba que tuviera problemas con otros vecinos, más allá de algunos hechos de robos que le atribuyeron. Sorprende, para ellos, que sea un posible autor de un asesinato.
La madre de la víctima, Gabriela Viera, vive en calle Cabezas 459 desde hace un año. Es oriunda de Villa Nueva. Se mudó allí con sus dos hijos y con su actual pareja.

Los vecinos no supieron decir a qué se dedican y admitieron que no tienen una relación muy fluida con ellos. El mayor contacto lo tenían con la niña.

Un hombre recordó que alguna vez llegó la Policía al domicilio, alertados porque Luna y su hermano andaban solos de noche por la calle y en la casa no estaban sus padres. "Hicimos denuncias, pero nunca vino nadie. Ahora aparecen las asistentes sociales", se ofuscó un vecino que pidió reserva de su nombre.

Nadie de la familia de la niña quiso hablar con los periodistas.

La mañana siguiente al hallazgo del cuerpo sin vida, muchos contaron que no habían podido dormir. El espanto les quitó el sueño. Todos se conocen y les cuesta o prefieren no hablar del caso. Ni la madre del detenido, ni quienes viven cerca de la casa de Luna.

Los pocos que se prestaron al diálogo la recordaron entre lágrimas y sonrisas. "Era un ángel", se emocionó Adriana, una mujer que siempre le daba algo de comer. "Me decía que se quería venir a vivir a mi casa. Era muy simpática", contó.

El cuerpo de la pequeña estaba frío cuando José Montiel pudo constatar que no respiraba. Fue el primer bombero que llegó al lugar. A las 15.20 del miércoles recibieron el llamado en el cuartel, ubicado a dos cuadras.

Aseguró que la niña no tenía sangrado ni golpes aparentes. Que estaba tirada boca arriba, vestida con calzas, remera, vestido y medias, pero sin calzado.

La conocía bien porque también es vecino de su casa. El hombre tampoco le encuentra explicación a lo ocurrido.

Entre la casa de Luna y el lugar del hallazgo es posible llegar por los patios.

Hay dos medianeras que no son tapias, sino tarimas de poco más de un metro de alto.

Una niña de 5 años podría hacer ese trayecto trepando las tarimas de madera. No apareció nadie por ahora que la haya visto andar por allí, pero no queda fuera de lo que se está evaluando.

Recién cerca de las 23 del miércoles, el cuerpo de la niña fue retirado por la Policía Judicial para llevarlo a Córdoba y practicarle la autopsia. Estuvo ocho horas a la intemperie.

Peritajes psiquiátricos al detenido

A menos de 24 horas de encontrado el cuerpo sin vida de Luna Viera (5), el único detenido por el caso quedó imputado de homicidio simple, a tenor del artículo 306 in fine del Código Penal, lo que implica una sospecha leve sobre su persona, elemento que se utiliza para poder investigarlo.

Mariano Cingolani Gutiérrez (39) cuenta con antecedentes por hechos delictivos y los vecinos lo describieron como una persona con dificultades de aprendizaje.

La fiscal de feria a cargo de la causa, Silvia Maldonado, solicitó peritajes psiquiátricos sobre el acusado.

La funcionaria se excusó de hablar con la prensa. Desde el Ministerio Público Fiscal se indicó que "la autopsia no está terminada y lo estará en un par de días". Recién entonces se podrá saber con exactitud cómo murió.

En la jornada de ayer, Cingolani fue trasladado a Córdoba capital para la realización de un peritaje psiquiátrico. Terminado el acto, fue llevado a Villa María y quedó alojado, según fuentes oficiales, en la comisaría de la misma

Se especula con que en las próximas horas podría ser trasladado a la cárcel de Villa María.

Un punto para considerar tal vez es que el padre biológico de Luna se encuentra preso en la misma cárcel de Villa María, por lo que no sería del todo apropiado alojarlo en el mismo presidio.

Entre los testimonios recabados, la fiscal ayer tomó declaración como testigo a una quiosquera que vio a Luna momentos antes de que fue encontrada sin vida en la esquina de su casa, publica La Voz de Córdoba.
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