Policiales Avanza la causa

Caso Candela: Piden perpetua para los dos acusados de matarla

La nena de 11 años fue asesinada en 2011 en Hurlingham. La Fiscalía consideró que la secuestraron para vengarse de su padre y acusaron a su familia de no haber dicho toda la verdad. Para un tercer imputado, solicitaron ocho años de cárcel.
"Si algo puede fallar, falla". El lamento del fiscal Pablo Galarza en la sala de audiencias de los Tribunales de Morón sonó a resignación ya asumida, como si todo en la causa que investiga el crimen de Candela Sol Rodríguez (11) costara el doble. El proyector para mostrar en pantalla gigante el mapa con los lugares donde estuvo secuestrada la nena se negaba a funcionar, como si el dispositivo electrónico también estuviera de vacaciones por la feria judicial.

Fue un día atípico ayer en los desiertos tribunales de Morón: solo esta sala tuvo actividad y durante más de seis horas, los fiscales Galarza, Mario Ferrario y Antonio Ferreras expusieron los argumentos para pedir prisión perpetua para Hugo Elvio Bermúdez (56) y Leonardo Jara (37), acusados de privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte; y ocho años para Fabián Gómez (45), como partícipe secundario del secuestro de la chica de 11 años, en agosto de 2011 en Hurlingham.

No estuvo presente la mamá de Candela, Carola Labrador, que viene cuestionando el juicio. Sin embargo, se cree que este lunes estará presente durante el alegato de su abogado, Fernando Burlando.

Durante la exposición frente a los jueces Raquel Lafourcade, Mariela Moralejo Rivera y Diego Bonanno, del Tribunal Oral N°3 de Morón, los fiscales cuestionaron el accionar de la Policía y de la Justicia por desviar la investigación, y también le reprocharon a la familia de Candela supuestamente haber ocultado que el padre de la nena estaba preso al momento del secuestro. También acusaron a los familiares de haber tenido "falta compromiso con la verdad" porque "la detención del papá de Candela es causa y origen del hecho". Fue esta la única referencia, durante más de seis horas, a un posible móvil del crimen.

La exposición de los fiscales fue de lo tedioso a lo cautivante. Porque aún cuando la investigación tuvo serias fallas, queda claro que el caso Candela no es simplemente el crimen brutal de una nena de 11 años, sino que esconde también los manejos siniestros de la Policía Bonaerense y del entramado narco que opera en el conurbano bonaerense.

Para los tres fiscales, los imputados se conocían entre sí e integraban una banda que cometió el crimen. Pero no quedó claro cómo es que estos tres imputados lograron movilizar a los más altos rangos de la Policía para lograr que, por ejemplo, nunca se investigara si Candela estuvo secuestrada en la localidad de San Martín, o si el crimen estuvo relacionado con una venganza entre narcotraficantes de ese partido o con los propios familiares de Candela.

Aun así, durante la exposición los fiscales destacaron que "no todo lo que se hizo en esta causa está viciado de nulidad" y así fueron exponiendo las pruebas que comprometen a los tres acusados. De Bermúdez -que se pasó toda la audiencia espiando la computadora de su abogado defensor- consideran que está probado que fue el autor material del crimen gracias a las pericias de ADN que se encontraron en una de las casas en donde habría estado secuestrada Candela, y también por el testimonio de una chica que aseguró que había sido violada con un palo, tal como habría sucedido con Candela. Los fiscales dijeron también que "Bermúdez recibió asesoramiento o ayuda de un tercero para el lavado del cuerpo y para saber que el ADN solo se borra con la combustión de las prendas". No revelaron quién habría sido.

A Jara se lo vincula a la causa por una llamada extorsiva a los familiares de Candela, en donde el imputado dijo: "A la nena no la vas a encontrar nunca... hasta que esa conchuda no devuelva la guita... que le pregunte al marido dónde dejó la guita". Sobre esa llamada, los fiscales confían en la pericia que hizo Gendarmería y también en un software de reconocimiento de voz que creó el Conicet. Además, Jara fue condenado por un hecho similar en Mercedes. Al final de la audiencia, su mujer lo saludó con un beso antes de ser esposado.

Respecto de Gómez, un testigo asegura haberlo visto en la puerta de la casa en donde estuvo cautiva Candela, y además se lo vincula con los otros acusados por el cruce de llamados. Los fiscales destacaron también que los imputados se manejaron únicamente vía mensaje de texto, algo que no puede ser rastreado.

Gómez es el único de los tres que está libre y al final del juicio conversó brevemente con Clarín: "Esto está todo arreglado. Mirá que la Bonaerense se va a ocupar de encubrir a tres perejiles como nosotros", dijo. Saludó con una sonrisa y se fue caminando.
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