La casa era habitada por Miguel Eduardo Leiva, de 32 años, quien en ese momento se encontraba trabajando. El hombre es padre de seis chicos; la familia perdió todas sus pertenencias. A raíz del siniestro debió trabajar personal de bomberos zapadores en conjunto con el sargento ayudante Carmelo López.
Las primeras pericias dieron cuenta que la causa del siniestro fue una falla eléctrica.