Policiales Narcotráfico

Cómo llegó el narco "Cabeza de Fierro" a liderar la venta de droga en Paraná XVI

Víctor Fabián González regenteaba un kiosco de venta de drogas que funcionaba en su casa, frente a la Comisaría 16. Cómo este hombre, sin actividad económica conocida, llegó a convertirse en el jefe narco de la zona oeste de Paraná.
Víctor Fabián González, alias Cabeza de Fierro, emergió en diciembre de 2015 como uno de los herederos del negocio de la venta de droga al menudeo que dejó vacante la caída de Nicolás Castrogiovanni en el barrio Paraná XVI, y dominó el territorio hasta esta semana, cuando la Policía Federal desarticuló completamente su organización, con la detención de 12 personas y la suya.

Su rival era Lisandro Pokemon Giménez, que había sido detenido por la Policía provincial a mediados de mayo.

Cabeza de Fierro González y Pokemon Giménez surgieron tras la caída del Gordo Castrogiovanni y encabezaban cada uno su propia organización, cuya característica principal era la violencia con la que pretendían imponer su dominio en el barrio. Y en el centro de ese cuadro estaba la venta de drogas al menudeo a través de distintos eslabones. De hecho, la disputa por el territorio había recrudecido en los últimos días, con balaceras constantes que preocupaban a los vecinos de la zona oeste.

Aunque parezca increíble, González regenteaba un kiosco de venta de drogas que funcionaba en su casa, justo enfrente de la Comisaría 16.

La banda estaba constituida a través de lazos familiares y afectivos y tenía a González en la punta de la pirámide, como organizador. Su pareja, Marina Álvarez, también fue detenida, ya que se presume era colaboradora y asistente; del mismo modo que el hijo del jefe, Marcos González, y la pareja de éste, Olga Castillo.

Debajo de ellos estaban quienes almacenaban y/o guardaban la droga, los distribuidores y quienes se encargaban de hacer la venta al menudeo. Se trata de María Elena González, Leonardo Lescano, Eduardo Comas, Elías Solé, Marcos Arriondo, Belkis Figueroa, María de los Ángeles Vergara, Rosa Liliana Leal, Noelia Loreley Figueroa, María de los Ángeles Cano.

Las catorce personas fueron indagadas y derivadas a las cárceles de varones y mujeres de Paraná. El juez federal Leandro Ríos tiene ahora diez días para resolver la situación procesal, es decir, si los procesa, les dicta el sobreseimiento o el camino intermedio que significaría la falta de mérito.
El jefe narco que emergió en el Paraná XVI
Hasta la caída de Pokemon Giménez, el 13 de mayo pasado, las disputas habían recrudecido en el barrio Paraná XVI. Las balaceras y hechos de violencia se habían vuelto cosa de todos los días entre los integrantes de la banda de Pokemon y la que lideraba Cabeza de Fierro, en la disputa por el territorio para la venta de droga. El más audaz de los ataques ocurrió contra el kiosco que Giménez tenía como pantalla, aunque no hubo víctimas.

Mientras Pokemon era un empleado de baja categoría en la Unidad Municipal 3, Cabeza de Fierro no tenía actividad conocida. Pero sus movimientos económicos no tenían relación con esa condición.

Ambos habían emergido como líderes de pequeñas estructuras narcocriminales a partir de diciembre de 2015, cuando cayó Nicolás Castrogiovanni, que detentaba el control del negocio en el barrio. Su detención significó un golpe importante para el narcotráfico, no tanto por la cantidad de droga que se le incautó en ese momento (1,91 kilos de cocaína), sino por el compromiso de varios agentes de las fuerzas de seguridad con el tráfico de estupefacientes, el nivel de penetración en el aparato estatal y por el nivel de sofisticación que tenía la banda que operaba desde el barrio Paraná XVI. Junto con Castrogiovanni fueron detenidos también el entonces director de la cárcel de mujeres, Victorio Bernardo Aguirre; una agente penitenciaria, un policía provincial en actividad y otro ex policía. Todos continúan detenidos, con procesamientos confirmados y la causa, en su caso, está encaminada hacia un juicio oral.

Cabeza de Fierro González había sido hasta entonces un vendedor al menudeo, sirviendo a otros jefes del narcotráfico.

En el año 2010 había sido juzgado y absuelto por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización junto con Daniel Celis, que se presume era ahora su proveedor, de acuerdo a los informes de las escuchas telefónicas recabadas en las investigaciones que se realizaron contra ambos en forma simultánea.

Liberado de culpa y cargo, retomó el negocio y volvió a caer en el año 2012, otra vez por el mismo delito. En marzo, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná lo encontró culpable y le impuso una pena de cuatro años de prisión y le ordenó realizar un tratamiento de desintoxicación de su adicción a las drogas.

Ahora se sabe que González siguió vinculado al narcotráfico.
La banda de Nico
El 18 de diciembre fueron detenidas trece personas que integraban una importante organización narcocriminal liderada por Nicolás Castrogiovanni, alias Gordo Nico. Si bien se trataba de una estructura dedicada a la venta de drogas al menudeo, el poder de la banda estaba dado por la participación que tenían distintos funcionarios públicos. Provocar la caída de esta organización le llevó nueve meses a la Policía Federal, entre marzo y diciembre de 2015; y cuatro meses más hasta la detención de los proveedores. Se realizaron seguimientos, filmaciones, fotografías y escuchas telefónicas que permitieron reconstruir al detalle la estructura de la organización, determinar los roles de cada uno de los integrantes y establecer que se trataba de una banda de gran poder económico, con permanencia en el tiempo y alto nivel de sofisticación; que tenía vendedores en los barrios Paraná XVI, Lomas del Mirador y Thompson, también en Diamante y que extendía sus redes hasta Santa Fe. Los investigadores determinaron que entre los integrantes de la banda estaba el director de la cárcel de mujeres, Victorio Bernardo Aguirre; su hermano, Pedro Guillermo Aguirre; la pareja de éste, Evangelina Priscila Álvarez, también agente penitenciaria; un policía provincial en actividad, el sargento Rodrigo Medina; su padre, el ex policía Hugo Héctor Medina; y otras siete personas, familiares de ellos o emparentados entre sí, cada uno con distintos roles dentro de la organización.

El golpe se completó en abril de 2016, con el arresto del proveedor de la cocaína que vendía la banda, Ramón Ariel Pucheta, alias el boquetero chaqueño; y de Jorge Sebastián Andino, alias Sugu, la persona que oficiaba de nexo entre Pucheta y Castrogiovanni. (ElDiario)
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