Policiales Este martes

"Rescatador" de motos llega a juicio: acumuló más de 80 denuncias en su contra

Daniel Lenardón, más conocido como "el rescatador" de motos, llega a juicio este martes desde las 8, supo Elonce TV. Tras una larga investigación, fue detenido en marzo de 2012, aunque actualmente está excarcelado.
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Foto: Archivo
Muchas personas en la capital provincial lo conocían y sabían de su "labor". Daniel Lenardón tenía una larga experiencia en "el rescate de motos" y acumulaba años desempeñándose en tal actividad ilícita. La policía, tras investigarlo y observarlo durante más de seis meses, lo detuvo el 13 de marzo en 2012.

La Fiscalía a cargo de la doctora Carolina Castagno trabaja intensamente para poder llegar al juicio abreviado y acordar una condena para esta persona. La audiencia será este martes desde las 8. La carátula es "estafas reiteradas, hurtos y robo". Lenardón acumula más de 80 denuncias en su contra.

Presidirá la audiencia la jueza Marina Barbagelata.




Lenardón llega a juicio, excarcelado.

Los hechos

El imputado formaba parte de una red delictiva que sustraía motos en Paraná y contactaba a las víctimas de los robos para pedirles el posterior rescate económico.

Desde hacía tiempo se seguían los movimientos del hombre, que se presentaba como el titular de la agencia de investigaciones privadas Escorpio y que estaba vinculado con el aceitado negocio del robo de motos.

Cabe recordar, que dos años antes de la detención, el programa Buenas Noches que se emite por Elonce TV, emitió un informe acerca de la existencia de esta figura relacionada con el delito de robo de motovehículos en la ciudad capital de la provincia.

Cómo operaba

Este personaje se movía en el anonimato y ante la situación del robo de una moto, alguien del entorno, amigos, vecinos de la víctima del delito, siempre sabían cómo ubicarlo. Su número telefónico se obtenía sin esfuerzo. Tanto, que hasta habían aparecido avisos clasificados donde ofrecía sus servicios.

En el primer contacto, "el rescatador" acordaba una reunión con el damnificado en algún barrio alejado, le pedía los datos del vehículo sustraído y una "entrega para comenzar su tarea.

Además, exigía exclusividad y prohibía hacer la denuncia, comentarios u otra acción paralela para ubicar el rodado.

Horas después, el sujeto se comunicaba con el dueño de la moto para darle el parte de la situación: si el ciclomotor estaba desarmado, alterado o intacto. Así, si la víctima del robo elegía recuperarla debía pagar la suma que él les pedía.

Si el negocio se concretaba, en apenas unas horas más, "el rescatador", en su propio vehículo, llevaba al dueño de la moto a algún barrio de monoblocks o a un descampado donde el rodado ya había sido ubicado.

Exigía que sólo vaya el interesado en recuperar el rodado, sin acompañantes y sin denuncias. De lo contrario, el operativo turbio llegaba a su fin y "se perdía tanto el rastro de la moto como el dinero invertido", según él les comunicaba. Elonce.com.
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