Policiales Juicio

Banda de "narcopolicías": Imputado acusó al subjefe de la Policía entrerriana

El policía Mario Alberto Núñez negó su participación en una asociación ilícita dedicada a la venta de droga. Aseguró que su detención fue una puesta en escena y apuntó a José Lauman, actual subjefe de la fuerza de seguridad provincial.
El policía provincial Mario Núñez rompió el silencio en la segunda jornada del juicio contra quince personas como integrantes de una asociación ilícita dedicada a la venta de cocaína y marihuana en Concordia, Colón, Concepción del Uruguay y, se presume, el contrabando hacia la República Oriental del Uruguay.

Núñez -al igual que dos policías federales y un gendarme- está acusado de haberle brindado información y protección a los cabecillas de la organización a cambio de dinero.

Lo primero que dijo Núñez fue que no pertenece "a ninguna organización con el señor (Mario Roberto) González" y acto seguido habló de "irregularidades que se han cometido en estas actuaciones, no solo incumpliendo el principio fundamental que es el derecho a la inocencia y que fue avasallado desde el primer momento", entre las cuales mencionó "amenazas" que sufrió su familia y el robo de su computadora personal en la oficina que ocupaba en la Dirección de Toxicología.

En su indagatoria, el ex jefe de la División Operaciones de Toxicología de la Policía prendió el ventilador y aseguró que su detención fue una puesta en escena montada por quien entonces era su superior inmediato, José Lauman, actual subjefe de la Policía de Entre Ríos, con quien estaba enemistado desde la década del ochenta. "Van a tener que explicar todo lo que han dicho, van a tener que presentar las pruebas de todo eso que dijeron; y Lauman tendrá que explicar por qué dijo que yo era un delincuente, un narcopolicía, que me relacionaba con gente de Santa Fe, que era un tipo peligroso porque andaba con el arma reglamentaria cargada", inquirió. "Lauman dijo a los medios que yo ganaba 300.000 pesos mensuales del narcotráfico; tendrá que traer pruebas de eso", agregó en otro tramo de su declaración.

Lauman y el resto de los investigadores de la Dirección de Toxicología están citados a declarar la semana próxima ante el Tribunal Oral Federal.
Núñez fue detenido el 12 de mayo de 2015 en la Dirección de Toxicología donde cumplía funciones. A través de escuchas telefónicas se determinó que tenía un intenso contacto telefónico con González, uno de los líderes de la organización, quien se encontraba prófugo desde 2008.

La explicación que dio el jefe policial es que González era un "informante" suyo, como otros, pero no lo conocía ni sabía su nombre. "No es ninguna novedad que trabajaba con informantes identificables y anónimos; toda la vida fue así, siempre trabajé en la calle, siempre daba mi teléfono celular y recibía informaciones que daba a conocer a mis subalternos y a mis superiores", aseveró. En todo momento insistió en que desconocía la identidad de su informante: "¿Cómo iba a saber yo que hablaba con González?", se excusó ante la insistencia de los jueces.
La explicación pareció ingenua para un oficial con treinta años de servicio, señala El Diario.
-¿Sabía usted que Mario González estaba prófugo de la justicia?
-Tenía un pedido de captura. Lo llevamos al Juzgado Federal (de Concepción del Uruguay), después lo liberan y más tarde largan el pedido de captura?

-¿Qué pensó cuando se enteró que la persona con la que usted hablaba era Mario González? -quiso saber el fiscal José Ignacio Candioti.
-Se me vino todo abajo. . . -le contestó escueto Núñez.

-¿Cuál cree usted que era la motivación de González para darle la información que le brindaba sobre las otras bandas que operaban en Concordia? ?le insistió Candioti.
-No lo sé cuál será su motivación, no estoy en la cabeza de González ?fue la respuesta del policía.

Aquella detención a la que aludió Núñez se produjo el 24 de agosto de 2006 y terminó, ocho años después en la condena de González a cuatro años y seis meses de prisión.

Más adelante en su indagatoria, Núñez volvió a la carga contra los investigadores policiales, a los que acusó de "inventar" una vinculación con el jefe narco. "Como no hay pruebas para comprobar que tenía una relación con González me relacionan con la señora de González (Elsa Cristina Caram), diciendo que ella era mi informante y no solo eso, dicen también que era mi amante; después van más allá todavía con esta burrada y dicen que como mi señora es González de apellido, está vinculada con Mario Roberto González, que son familiares, y la confirmación de eso sería que mi nucleo familiar vive cerca del barrio donde vive la madre de González. Todo sin corroborar nada. Pero fueron más allá todavía y dijeron que yo tenía una amante y que le había comprado una casa y un auto", enumeró Núñez en su monólogo defensista.

Durante la investigación también se captaron conversaciones entre González y Javier Alejandro Caire, el otro jefe de la organización, quienes hablaban de Núñez como "el amigo Mario", "el amigo de Paraná" o "el del Aveo blanco", en referencia al automóvil que la Policía le proveía al jefe policial para que se movilice.

Núñez aseguró que nunca manejó un Chevrolet Aveo de color blanco -contra los dichos de varios policías de la Dirección de Toxicología- y presentó como prueba el sumario administrativo que le inició la División Asuntos Internos de la Policía, tras la detención, donde consta que en esa área había dos Chevrolet Aveo de color blanco que eran utilizados por Fernando Alsina y José Lauman, director y subdirector de Toxicología, e incluso dijo que "el chofer de Alsina se llamaba Mario".

"Desde marzo de 2012 hasta la fecha de mi detención no se encontró que haya usado el famoso Aveo blanco; yo tenía un Renault Symbol y cuando iba en comisión andaba en una Ford Courier", aseguró Núñez.

El organigrama de la banda
Quince personas están acusadas de integrar una asociación ilícita dedicada a la venta de cocaína y marihuana en distintas localidades entrerrianas y, se presume, el contrabando hacia la República Oriental del Uruguay.

A través de escuchas telefónicas se pudo reconstruir el organigrama de la banda, determinar nombres, vínculos y roles de cada uno de los integrantes: Mario Roberto González y Javier Alejandro Caire aparecen como organizadores de la empresa delictiva. Se cree que compraban la cocaína a un proveedor de nacionalidad boliviana en la Ciudad de Buenos Aires, la enviaban mayormente en encomiendas hasta distintas localidades entrerrianas y luego sus subalternos la distribuían entre quienes comercializaban al menudeo.

Una característica de la banda era que debajo de González y Caire, en distintos roles, aparecen parientes, que constituían distintos eslabones.
Además, contaban con protección policial, algo de lo que se jactaban en las conversaciones telefónicas interceptadas durante la investigación.

El próximo martes comenzará el desfile de testigos, pero la causa estuvo a punto de resolverse por la vía de un juicio abreviado, ya que el martes hubo gestiones hasta minutos antes del inicio del debate y continuaron ayer, pero finalmente no hubo acuerdo.
Fuente: El Diario
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