El último viernes, antes de comenzar el fin de semana largo, la mujer llamó al 0800 de la prepaga que tiene contratada para pedir un médico a domicilio. Quería que un profesional revisara a su hija, que llevaba un día entero con dolores de estómago.
Veinte minutos después de que hiciese el llamado, la mujer escuchó el timbre de su casa. Preguntó por el portero eléctrico quién era y escuchó una voz del otro lado que le contestó: "Médico". Bajó a abrirle y lo hizo pasar al edificio.
Mientras se dirigían al departamento, la mujer le comentó los dolores que estaba sufriendo su hija y los síntomas que tenía. El hombre ingresó a la casa, subió la escalara que conectaba el comedor con la habitación y cuando la mujer se disponía a contarle con más detalles lo que le había pasado a su hija, sacó un arma.
Una vez adentro del cuarto, el delincuente le apuntó a la espalda y le pidió que le diera toda la plata que tenía. Comenzó a gritarle y a exigirle dinero. La amenazó constantemente hasta que se retiró de la casa. El marido de la mujer logró calmarlo y lo acompañó hasta la puerta del edificio para abrirle.
El ladrón se llevó celulares y dinero en efectivo. Pese a las amenazas constantes no agredió a la mujer ni a su marido, quien también se encontraba en su departamento. El hecho ocurrió en un departamento ubicado en la calle Zapiola, entre Olleros y Lacroze.
La mujer realizó la denuncia en la comisaría 31°. A los pocos minutos, un patrullero se acercó a su departamento y le pidió que relatase lo que había sucedido. Por otra parte, llamó a la prepaga para avisar de lo ocurrido y alertar sobre el hecho de inseguridad en el que había quedado involucrada.
Cuando hizo el llamado para notificar a la prepaga, le quisieron mandar una ambulancia inmediatamente. Ella no quiso. Estaba asustada luego del momento que había vivido. Cortó el teléfono y evitó recibir más gente. La prepaga la volvió a llamar para insistirle y mandarle un médico. Le prometieron llamarla cuando el médico estuviese en la puerta para evitar cualquier inconveniente. Así hicieron. La médica que estaba destinada a la visita llegó junto al patrullero que habían pedido luego de llamar al 911.
Desde la prepaga le aseguraron a la familia que investigarán cómo se filtró el dato de la visita médica y la dirección de su departamento. Le aseguraron que todos los llamados para pedidos de asistencia médica quedan registrados en el sistema. El caso se dio a conocer porque la mujer escribió un posteo en Facebook contando los momentos de terror que vivió junto a su familia.
