Policiales Sin antecedentes por violencia

Quien es y a qué se dedicaba el detenido por la masacre de Mendoza

Según la investigación, el joven asesinó a su expareja, Claudia Lorena Arias, porque se negaba a reconocer a la beba como su hija, y según los expertos en salud mental, se trata de un "psicópata".
Daniel Salazar, detenido por estar acusado de la masacre de Mendoza en la que fueron asesinadas tres mujeres y dos menores están graves, era oriundo de Santa Cruz y daba clases como profesor de taekwondo, actividad deportiva en la que era muy respetado por alumnos, colegas y padres.

El acusado, de 30 años, mató en el barrio Trapiche de Godoy Cruz a su expareja, a la tía y a la abuela de su pareja, y dejó herida a una beba y a un nene de 11 años, pero "no existían denuncias por violencia de género en su contra", precisó el Ministerio Público Fiscal de esa provincia, que agregó que han "rastreado todo y no hay denuncia". Salazar llegó a Mendoza hace ya 10 años y en las redes sociales se mostraba con sus atuendos deportivos y muy cercano a los niños, a quienes daba clases. Las imágenes de Facebook e Instagram muestran a un hombre que parece distendido y alegre, compartiendo reuniones, entrenamientos y torneos con diversos colegas y menores de edad.

También apareció en diversos viajes y contando sus vivencias, aunque hubo un mensaje que llamó la atención, en relación a la masacre de la que está acusado de cometer.

"Qué lindo es entrenar con gente con los mismos problemas mentales.... #locura", escribió en las redes sociales. Cuando llegó a Mendoza, Salazar estaba en pareja con otra persona, estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Mendoza y residía con su hermana en un departamento de la ciudad, según informó el diario El Sol de esa provincia cuyana.

Según la investigación, el joven asesinó a su expareja, Claudia Lorena Arias, porque se negaba a reconocer a la beba como su hija, y según los expertos en salud mental, se trata de un "psicópata" que era "consciente de sus actos".

Sin embargo, luego de los tres crímenes comenzaron a lloverle en su cuenta de Facebook mensajes, con duros cuestionamientos, insultos y palabras de desconcierto, sobre todo de los papás que dejaban a sus niños bajo su enseñanza.
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