Policiales El caso de los pilotos de TC

La difusión del video de la promotora tendría graves consecuencias legales

La difusión de material íntimo sin consentimiento puede ser tipificado bajo distintos delitos. Constituye "una injuria grave y un atentado contra el honor", señalan abogados. ¿Qué se puede hacer al respecto?
No son famosas, no fueron víctimas de un hacker, sus fotos o videos hot no terminan siendo tema de los programas de chismes ni son virales. Se trata de mujeres comunes que aceptaron ser filmadas o fotografiadas en situaciones íntimas y luego vieron cómo esa práctica sexual cada vez más extendida se les vino en contra en forma de pesadilla.
Aunque por vergüenza la gran mayoría no hace la denuncia, la difusión no autorizada de imágenes privadas tiene consecuencias legales ya que, según el caso, puede encuadrar en el delito de injuria, vincularse con la ciber delincuencia y constituir violencia de género.
En la semana que pasó, los medios de todo el país se ocuparon del caso de una joven promotora de Concordia que fue filmada manteniendo relaciones sexuales con dos pilotos de TC. La decisión de Mauro Giallombardo y Johnny De Benedictis de compartir ese material y posibilitar así que se viralizara, terminó en escándalo.
Alcance y consecuencias
"Depende del caso, puede constituir violencia de género. También puede encuadrar en el delito de coacción, que es algo que vemos mucho, cuando un hombre amenaza a una mujer con hacer públicos fotos o videos íntimos si ella no vuelve con él, no lo atiende o cosas parecidas", graficó Leandro Dato, integrante de la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual.
En los casos en que un hombre amenaza a una mujer con mostrar sus fotos o videos, lo que se hace es establecer una medida de restricción para que no la moleste ni se acerque pero, además, con un punto específico que indique que debe abstenerse de divulgar ese material. "Si lo hace de todos modos, a la coacción se sumará la desobediencia judicial", puntualizó el fiscal.
Acción civil
En relación con el caso de los pilotos, Dato indicó que "puede darse el delito de injuria, que es de instancia privada, ya que se lesiona la honra y el honor de una persona".
En una situación así, la Justicia no actúa de oficio ni la víctima debe interponer una denuncia, sino plantear una querella.
"La cuestión en este caso puntual no se acota a la cuestión penal, sino que, al estar en juego el honor, da lugar a una acción civil por daños y perjuicios y puede encuadrar en algunos de los tipos de violencia contra la mujer que se clasifican en la ley de violencia de género", agregó Dato.

En cuanto a la posibilidad de un resarcimiento en dinero, el fiscal explicó que para determinar un monto habría que basarse en la jurisprudencia y evaluar datos como la edad de la víctima, la intensidad de la lesión y la publicidad que cobró el hecho, entre otros aspectos. "No es lo mismo que un material se comparta en un grupo de wahtsapp, a que involucre a pilotos famosos, lo que genera una repercusión mucho mayor", comparó.
El fiscal comentó también que, al ser el medio las redes sociales, encuadraría también esta cuestión en lo que se denomina ciberdelito, que son aquellas conductas ilegales en las que se usan equipos informáticos. Señaló que, en buena parte de los numerosos casos que se llevan adelante en la Fiscalía, las publicaciones en redes sociales y los mensajes de texto son un importante elemento de prueba.
Injuria grave y atentado contra el honor
Boris Cohen, abogado penalista de Paraná, explicó a este medio que la difusión de imágenes con contenido sexual sin consentimiento constituye "una injuria grave y un atentado contra el honor". Esa figura legal no tiene una pena privativa de la libertad, pero sí puede corresponderle una multa en dinero.
"Una mujer puede prestar consentimiento para la relación, incluso para la producción de imágenes, pero probablemente no lo haga para que ese material sea difundido. Si eso sucede, estamos ante el delito de injuria y, además, habría que evaluar según el caso si la conducta no está incursa también dentro de la ley de violencia de género", clarificó el letrado.
Otros casos
Cohen recordó el caso de "una chica muy bonita que trabajaba en un comercio grande de la ciudad a la que compañeros de trabajo la filmaron y luego realizaron un montaje con su cara en videos pornográficos y difundieron ese material por whatsapp".
La mujer renunció al trabajo, logró una medida para que los hombres dejaran de emitir el video y le ganó un juicio a la empresa por acoso laboral.
También mencionó el caso del ex novio de una promotora de Paraná que se casó años atrás con el futbolista Martín Palermo. "Este muchacho vendió fotos de ella a las revistas. No eran fotos porno, pero eran íntimas", evocó.
Respecto al caso de los pilotos de TC, Cohen señaló: "La protección de la imagen de una persona y de su honor es un derecho amparado por la Constitución. La víctima tiene la posibilidad de exigir, al menos, un resarcimiento en dinero por un daño que, en principio, es invaluable y depende de muchos factores", concluyó.
En las redes
Natalia Zuazo, experta en el mundo digital y autora del libro Guerras de Internet, presentado recientemente en Paraná, indicó a El Diario que, más allá de cada situación puntual, es repudiable el tratamiento machista que se le da a ese tipo de noticias.
"Hubo tiempo atrás una discusión en la que activistas de derechos digitales planteaban la posibilidad de aconsejar que se evitara directamente el sexting o hacerlo con cuidado. Hay una cuestión y un límite difícil entre tu libertad de vivir la sexualidad como quieras y una posibilidad real de que a cualquier cosa que vos puedas tener en un teléfono alguien pueda copiarla, pegarla y publicarla. ¿Por esa característica de orden técnico vos te vas a restringir de hacer algo que querés? Es una decisión individual y privadísima. El problema es cuando los medios o un editor toman eso y lo transforman en un acto de machismo", completó.
Se reciben denuncias
En similares términos se pronunció Myiriam Bianqueri, secretaría de la Mujer del gobierno provincial. "Lo más repudiable es la difusión en los medios y en las redes sociales, donde la gente no respeta nada cuando se difunde algo de índole privada y una mujer es perjudicada".
En el organismo a su cargo se reciben denuncias vinculadas con estas cuestiones y, además de abogados, se brinda asistencia psicológica.
Para Bianqueri, por ejemplo, con la promotora de Concordia, es "una falta de consideración y es vender morbo".
Lo comparó a lo que sucede cuando se publica la foto de una mujer víctima de violencia de género "llorando, golpeada, marcada, estigmatizada".
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