Policiales Concordia

"Tuve ganas de hacer justicia por mano propia", confesó el papá de Josefina

Gustavo López habló del único sospechoso de haber asesinado a su hija; se enteró que "El Víbora" había salido a pegar fotos de la joven cuando la buscaban por Concordia. El doloroso recuerdo del hombre que ayer visitó la tumba de su hija.
Este viernes se cumplió exactamente un mes de la desaparición de Josefina. Un mes de su muerte. Y su papá, Gustavo López, hizo entonces lo que sintió que debía hacer: ir a visitarla, a llevarle flores al cementerio. "Estuve como una hora y media ahí, con ella", comentó.

Josefina de 17 años desapareció el 29 de julio, y sus restos fueron encontrados desmembrados en la tarde del martes 25 en la zona conocida como "El Naranjal de Pereda", en Concordia. Por el crimen fue detenido y encarcelado, su tío, Juan Carlos Acuña, alias El Víbora, esposo de su tía, Nelly Gómez.

Según cree el fiscal Fabio Zabaleta, el homicida la mató con fiereza: dándole un golpe con una piedra, y después, en su afán de esconder el cuerpo, borrar las pruebas, pensó en tirar el cuerpo al río Uruguay, pero después creyó que no: que mejor destazar ese cadáver, y enterrarlo en partes separados. Eso hizo.

El fiscal tiene varios testigos que acreditan esa hipótesis, y ahora quiere una confirmación científica: una prueba de ADN que avale la incriminación de Acuña.

Del móvil del crimen, el fiscal no quiere hablar demasiado porque hacerlo sería adentrarse en la vida privada de Josefina. El fiscal no quiere hablar de la vida privada de una menor muerta: quiere reunir las pruebas para encarcelar al asesino.
Quisieron ajusticiar al asesino

El Víbora, principal sospechoso del crimen de Josefina, está detenido. Fue aprehendido el mismo día que apareció el cuerpo destazado de Josefina -el torso primero, la cabeza después- y por poco no fue linchado por los vecinos cuando se enteraron de lo que había hecho.

La policía lo sacó rápido de la casa que ocupaba junto a su pareja en el mismo terreno adonde vive la mamá de Josefina.

Hasta entonces, hasta ese día que las pruebas cayeron como un sablazo sobre sus hombros, Acuña no parecía ser responsable de nada. Además, su esposa, tía de Josefina, le había preparado la coartada perfecta: la noche del crimen, El Víbora había permanecido sin moverse de la casa.

Después, claro, la mujer se desdijo de todo eso, y admitió ante el fiscal Zabaleta que Acuña había sido el matador de Josefina.

Pero hasta que el cuerpo no apareció, El Víbora era uno más de lo que buscaban a Josefina por todo Concordia.

"Cuando fui a reconocer el cuerpo de mi nena en la morgue, el jefe de la Policía me pide que vaya a la casa de la mamá de mi hija para calmar a la gente porque lo querían matar a Acuña. Cuando llegué, la casa estaba rodeada de policías. Llegué, y la policía nos dijo que no hiciéramos nada, y que le dijéramos a la gente que no hiciera nada, que ellos iban a hacer todo para que este tipo se pudriera en la cárcel", cuenta el papá.

Gustavo López quiebra por momentos el relato que hace ante El Diario. Y después sigue.

"Llegamos en patrullero, la madre y yo, a explicarle a la gente que quería saber si era el cuerpo de ella o no. Cuando bajamos, le dijimos a la gente que se calmara, porque eso nos había pedido la policía. Les dije a la gente: 'Es mi hija la que encontraron. Este hijo de puta me la mató. El que está acá'".
Detenido y reincidente

El martes, la noche del martes, cuando el caso Josefina derivó en la peor noticia, el hallazgo de su cuerpo mutilado, 27 días después de haber salido de su casa, el día terminó como debía terminar: con furia.

Acuña, después se supo, cargaba con otro intento de asesinato en Baradero, provincia de Buenos Aires, adonde nació. En 1998, violó a una adolescente y después quiso asesinarla. No pudo. La chica sobrevivió. Le dieron una pena de siete años y medio de prisión, de los cuales cumplió la mitad.

Ahora se sabe que no es el único hecho: su hermana, Paola Acuña, denunció que cuando tenía 14 años intentó abusar de ella, y que ella, en su afán por defenderse, le gatilló una pistola que, en ese momento, estaba descargada. El martes, en la casa de Acuña, los vecinos intentaron lincharlo. Lo sacó, rápido, la policía, y se lo llevó detenido. El titular del Juzgado de Garantías Nº 2 de Concordia, Pablo Garrera Allende, le dictó prisión preventiva por 90 días, pero Acuña pidió no cumplir esa medida en Concordia: que lo trasladen a Gualeguaychú.

Cuando se le consultó a López si después que encontró a su hija muerta, ¿llegó a tenerlo frente a frente a Acuña en algún momento?, el hombre respondió: "Nunca lo tuve frente a frente al asesino. Si lo hubiese tenido enfrente, hacía justicia con mis propias manos. Yo ya estaba enterado de lo que había hecho".

-¿Y qué hizo Acuña mientras ustedes buscaban a Josefina?

- Me he enterado, a través de familiares de mi ex, que él salió a ayudar a buscar a mi hija. Dicen que anduvo pegando fotos de Josefina por Concordia. Mi exesposa no lo puede creer. Viven en el mismo terreno. Encima, de yapa, la hermana de ella le tapaba todo al marido. Ahora confesó la propia hermana, porque se le viene todo feo. La hermana decía que no podía ser, porque el marido estaba todo el tiempo en la casa. Pero ahora la propia mujer declaró que sí, que Acuña fue el asesino. Eso me dijo el fiscal.

-¿Cómo se siente ahora?

-La extraño un montón. Hoy (por este viernes) justo fui al cementerio a la mañana, porque hace un mes que ella desapareció. La extraño más de noche. Siempre a la noche me pasa: me falta la respiración, y eso. Rebravo fue todo.
La causa tiene querellante

Gustavo López, el papá de Josefina, dice que el servicio fúnebre de su hija fue asumido por la Municipalidad de Concordia, y quien tramitó esa ayuda fue el viceintendente, Alejandro Casañas.

El funcionario, reveló, pretendió pagar la sepultura en el cementerio privado Pinar del Campanario, pero la familia se opuso por un argumento que creyeron sólido: les quedaba a mucha distancia.

Eligieron el cementerio municipal. Ayer, cuando el papá fue a visitar la sepultura de su hija, debió tomar dos colectivos para llegar.

También la Municipalidad asumió el costo de ubicar el cuerpo en un nicho y no en tierra. La familia no tenía recursos para nada de eso.

Ahora, la familia también contará con un abogado querellante que los asistirá con la causa judicial, que tramita el fiscal Fabio Zabaleta. Será el abogado Juan José Buktenica.
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