Según relató a ElDía, los delincuentes cortaron la cadena de la tranquera, encerraron a las vacas, las mataron de un tiro a cada una, las carnearon y solo dejaron las cabezas y las patas. Esponda señaló que los furtivos ingresaron en una camioneta, que dejó plasmadas sus huellas en la tierra, y balearon en la cabeza a los animales.
Cada una de estas vaquillonas tenía un peso de 350 kilos y un valor de mercado de unos cinco mil pesos.