Aparentemente, el incendio se originó cuando uno de los hijos de la propietaria jugaba con un encendedor y, sin tener conciencia de lo que podía ocurrir, lo acercó a un colchón de goma espuma, que rápidamente comenzó a prenderse fuego.
La alta combustibilidad del material hizo que las llamas crecieran de manera casi instantánea y afectaran el techo, desde donde se extendieron a muebles, cortinas y otros sectores de la casa.
Afortunadamente, la dueña de casa alcanzó a percatarse de lo que ocurría y pudo sacar a sus tres hijos de la vivienda, antes de que el fuego la envolviera.
Los bomberos voluntarios llegaron rápidamente al lugar y consiguieron sofocar el incendio.