Este caso tomó notoriedad porque ocurrió el mismo día en que otro delincuente, apodado Gotita, recibió un palazo en el rostro cuando entró a robar a una casa del barrio Zuppichini. Este colega eligió una casa de calle Cervantes, pero sin dudas que esta elección fue la peor que hizo en su vida.
Ocurrió en la madrugada del jueves 2 de abril, en un domicilio de calle Cervantes, propiedad de un hombre de gran contextura física que trabaja en un taller metalúrgico. Desconociendo que se metía en la boca del lobo, el delincuente saltó el muro perimetral y sorprendió al dueño de casa golpeándolo sin que este lo esperara, pero no contempló que la respuesta de la supuesta víctima iba a ser igual de violenta y más destructiva.
El delincuente, que cuenta con un amplio prontuario policial por delitos contra la propiedad, recibió una catarata de trompadas al rostro que lo dejaron literalmente- fuera de combate, en estado de inconciencia.
Cuando llegó la policía, el hombre ya había sido reducido por el dueño de casa y por el estado en el que lo había dejado, se pidió una ambulancia para que lo trasladara al Hospital Centenario, donde quedó alojado bajo custodia policial.
Tras permanecer menos de una semana en recuperación, recuperó la libertad mientras la causa continuaba su curso. El viernes se celebró la audiencia de conclusión del procedimiento, donde el Juez de Garantías interviniente, a solicitud de la defensa y con el consentimiento fiscal exigido para el caso, dispuso la suspensión del juicio a prueba -probation- por el término de dos años.
El beneficiado deberá cumplir con la realización tareas no remuneradas en beneficio de un club deportivo de Gualeguaychú por el término de un año y medio, con una carga horaria de 8 horas mensuales y someterse a ciertas reglas de conducta. Todo esto deberá ser supervisado por la Oficial de Probation, y en caso de no cumplir, se revocaría la disposición y el proceso continuaría su curso hacia la realización del juicio. Fuente: ElDía