Policiales Buscó desligarse del robo y la sustitución de la identidad

El médico Torrealday volvió a declarar y el juez define su situación procesal

Miguel Torrealday, uno de los socios del Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná, amplió este viernes su declaración indagatoria en la causa por robo de bebés durante la última dictadura cívico-militar, en la cual está imputado.
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El profesional buscó desvincularse de los hechos que tuvieron como víctimas a los bebés mellizos de los detenidos desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela, quienes estuvieron internados en su clínica luego de nacer en el Hospital Militar y antes de desaparecer. Tampoco aportó datos sobre el paredero del hijo mellizo varón, que sigue siendo desconocido.
Torrealday prestó declaración durante cuatro horas, hizo un relato de los hechos según su versión y luego contestó preguntas del juez federal Leandro Ríos y el fiscal Mario Silva. Como lo hizo en las oportunidades en que declaró como testigo, reiteró que no tiene conocimiento de los hechos, deslindó su responsabilidad sobre las cuestiones administrativas del IPP y aseveró que él no era el director, sino que los cuatro socios tenían la misma jerarquía.
El llamado a indagatoria a Torrealday fue dispuesto por el juez Ríos luego de un planteo de los querellantes y de un dictamen en el mismo sentido de los fiscales Mario Silva y José Ignacio Candioti.
La imputación fiscal le atribuye haber coordinado el ingreso y la permanencia en la sala de Neonatología del IPP de los hijos mellizos de Negro y Valenzuela, como así también el alta y la entrega a personas que no eran sus padres ni tutores. La beba mujer de ese par de mellizos restituyó su identidad en diciembre de 2008, mientras que el varón continúa apropiado. En su declaración de este viernes, el médico dijo no sabar nada del egreso de los niños, lo que quedó asentado en el “libro de producción” con los nombres falsos de “Soledad López” y “NN López”, el 27 de marzo de 1978. En ese sentido, aseguró que los cuatro socios –él y David Vainstub, Jorge Rossi y Luis Schroeder– solamente tenían un rol “médico-científico”, con casi nulo acceso a las tareas administrativas, las que estaban a cargo de una mujer ya fallecida.
También destacó que el IPP tenía un sistema abierto, es decir que cualquier médico de Paraná o de la provincia podía internar allí a su paciente y hacerse cargo de su seguimiento y alta, sin que los socios se enteraran. Y reiteró que siempre estuvo a disposición de los organismos de derechos humanos y de Sabrina Gullino Valenzuela Negro –la melliza que restituyó su identidad– para apartar a la búsqueda del mellizo, dijo su abogado defensor, Walter Rolandelli.
Ahora el juez Ríos deberá decidir si avanza la investigación contra Torrealday, si lo procesa, lo absuelve o le dicta falta de mérito. En caso de disponer su procesamiento, también podría, si lo considera necesario, ordenar su prisión preventiva.La imputación Tanto los querellantes como los fiscales sostuvieron que Torrealday tuvo responsabilidad en los delitos de sustracción de menores y sustitución de identidad, considerados crímenes de lesa humandiad. Para esto tuvieron en cuenta las pruebas reunidas en el juicio oral y público por la causa Hospital Militar, que en 2011 concluyó con la condena a cinco represores, así como testimonios recolectados posteriormente que a su juicio acreditan que era él quien ejercía el rol de director.
Los fiscales entendieron que el médico no solamente tuvo conocimiento de los hechos ilícitos que ocurrieron en el IPP, sino que también coordinó la internación de los bebés y el alta y la entrega a personas extrañas. Además omitió informar a un juez de menores que los niños estaban allí sin sus padres ni responsables legales, para de esta forma prestar colaboración a que el robo de los niños se concretara.
Un hombre de 37 años Raquel Negro tuvo a sus mellizos, estando secuestrada, en el Hospital Militar de Paraná a principios de marzo de 1978. El 4 de marzo ingresó al IPP la niña, mientras que el niño lo hizo seis días después; ambos fueron registrados con identidades falsas. El 27 de marzo fueron dados de alta. El mismo día la niña fue abandonada en el Hogar del Huérfano de Rosario, por dos hombres del Destacamento de Inteligencia 121 del Ejército con asiento en Rosario. Ella restituyó su identidad en diciembre de 2008. El “Melli” continúa viviendo con una identidad falsa desde entonces y se desconoce cuál fue su destino.
Uno.
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