Policiales Paraná

Llevaba droga y precursores químicos, pero sólo lo condenaron por tenencia de estupefacientes

Deberá cumplir una condena de 3 años de prisión efectiva y pagar una multa de $200. Ya había sido condenado en el año 2011 cuando lo sorprendieron en un bar con cocaína y marihuana, aunque esa vez recibió pena condicional.
El hombre fue sorprendido llevando consigo cocaína, marihuana, acetona –un precursor químico destinado a la producción de cocaína– y una balanza digital. Sin embargo, solo fue condenado por tenencia simple de estupefacientes, aunque deberá cumplir una condena de 3 años de prisión efectiva y pagar una multa de $200.
El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a Mario Javier Uhrich, de 36 años y oriundo de Seguí, por un hecho ocurrido hace 3 años. Colo, como le dicen, ya había sido condenado en el año 2011. La acusación era la misma: lo sorprendieron en un bar con cocaína y marihuana, aunque esa vez fue condenado a prisión condicional. Esta vez recibió una pena unificada de 3 años de prisión efectiva.
El hecho por el cual recibió su segunda condena ocurrió el 21 de abril de 2012. Los tres policías que se conducían en un móvil sin identificación se sorprendieron cuando una motocicleta con un hombre y una mujer a bordo se les cruzó por delante de modo brusco e intempestivo para ingresar a la playa de la estación de servicio ubicada en Almirante Brown y Blas Parera de Paraná. Llevaban bolsos y mochilas y el jefe de la patrulla ordenó seguir a la pareja de la moto.
Los tres policías vieron cómo el hombre se bajaba e ingresaba al drugstore –la joven que lo acompañaba seguía arriba de la moto– y enseguida lo vieron salir cargando algo que luego supieron que era una botella de vino. Entonces el jefe de la patrulla lo reconoce y decide interceptarlo. Y ese fue el final: Uhrich montó en cólera, se alteró, comenzó a gritar, arrojó pequeños objetos al aire, forcejeó con los policías e intentó correr, pero terminó reducido en el piso.
A su lado, en el piso, quedó un bolso azul. Los policías hallaron dentro del morral una botella de acetona, una balanza de precisión y cuatro envoltorios con cocaína (en total eran 87 gramos); un objeto de los que arrojó era un trozo compacto de 22 gramos de marihuana; y la joven que acompañaba a Uhrich tenía un envoltorio de nylon con escasa cantidad de cocaína.
Ni transporte, ni guarda. Uhrich se defendió diciendo que era un adicto (“consumía de modo excesivo”, dijo su defensor), pero planteó una conspiración policial en su contra orquestada, según sus palabras, por el jefe de la patrulla. El defensor oficial, Mario Franchi, agregó que la acetona es una sustancia que tiene distintos usos. Por ejemplo, en cosmética, como disolvente de plásticos o para la fermentación del pan. Por esos días, dijo el abogado, Uhrich se dedicaba a producir y vender pan.
El fiscal ad-hoc, Leandro Ardoy, sin embargo, consideró que la droga era para comercializar y que la acetona, como precursor químico, era para producir más estupefaciente a partir del estiramiento de la pasta base.
El tribunal, en tanto, desechó “la versión de la confabulación esgrimida por Uhrich”. Planteó además que la acetona, aunque tiene usos lícitos, es un “elemento” destinado a la producción o fabricación de estupefacientes. Sin embargo, la ley que penaliza la tenencia y tráfico de drogas “solo mencionan los elementos al momento de reprimir la guarda de ellos o las materias primas”, pero no el transporte, “es decir, la tenencia neutra no es delito; y eso es lo único que se puede reprochar a Uhrich: tener en su poder un frasco con acetona”. Por eso, los jueces coincidieron que “si no se puede acusar al imputado ni por transporte de estupefacientes ni guarda de elementos precursores, solo cabe endilgarle la tenencia simple de estupefacientes”. (El Diario)
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