Policiales Declaró en la investigación diocesana en 1995

Abusos en el Seminario: La Justicia citó al ex rector por el caso del cura Ilarraz

Luis Jacob fue superior de Ilarraz entre 1986 y 1992 y vicario general. Cuando habló del cura dijo que “se lo veía con celo apostólico, inquietud vocacional, y entusiasmo con sus labores para atender a los más pequeños del Seminario”.
El ex rector del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, Luis Alberto Jacob, actual párroco de Nuestra Señora de la Piedad, fue citado por la Justicia para que declare como testigo en el marco de la causa penal que investiga los abusos cometidos por el cura Justo José Ilarraz. Jacob fue el superior de Ilarraz mientras éste ejerció la función de prefecto de disciplina, administrador y director espiritual de buena parte de las víctimas abusadas y que entre 1985 y 1993 estuvieron como pupilos cursando la escuela secundaria en el Seminario de Paraná.
Ocupó el sillón de rector entre 1986 y 1992; antes, en 1985, había ocupado la función de vicerrector, los años en los que Ilarraz cometió los abusos que se le imputan y que ahora investiga la Justicia. En la causa penal “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, que tramita el Juzgado de Transición Nº 2, a cargo de la jueza Susana María Paola Firpo, siete víctimas relataron de qué modo ocurrieron esos abusos, y qué rol jugó Ilarraz.

PETICIÓN. Es la quinta jerarquía que es citada en la investigación sobre el cura Ilarraz.
La Justicia ya recibió, por escrito, los testimonios de dos obispos, el metropolitano Juan Alberto Puiggari, y el cardenal Estanislao Esteban Karlic. Pero resta que brinde su declaración el emérito Mario Luis Bautista Maulión, que fue quien en 2004 firmó la excardinación de Ilarraz de la diócesis de Paraná, y la posibilidad de que se radique definitivamente en la diócesis de Concepción, Tucumán, adonde había llegado a finales de la década de 1990.
Tampoco ha respondido los exhortos judiciales el diocesano de Concepción, José María Rossi, último superior de Ilarraz, quien hasta septiembre de 2012, cuando fue suspendido como sacerdote, tuvo a su cargo la parroquia Sagrado Corazón, de la localidad de Monteros, Tucumán.
A esa provincia llegó luego de que en 1996 Karlic lo expulsara de la diócesis de Paraná tras concluir una investigación interna a partir de las denuncias de un grupo de seminaristas contra Ilarraz por abusos.
Mientras aguarda esas contestaciones, la jueza Firpo quiere escuchar también el testimonio de otra jerarquía de la Iglesia Católica de Paraná, el ex rector del Seminario Arquidiocesano. Una resolución que firmó la magistrada el 17 del actual citó al actual párroco de Nuestra Señora de la Piedad, Luis Jacob, “anoticiándose al mismo que en las actuaciones de referencia interesa su testimonio”. Y para eso, se le pide que responda si testimoniará personalmente o por escrito.
El trámite se cumplirá en el marco de una serie de medidas dispuestas por la jueza, que incluye la declaración por exhorto de 12 ciudadanos que residen en Tucumán, aportados por el abogado defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón. También, la magistrada ha pedido que vuelvan a declarar los sacerdotes que, en 2010, integraban el decanato III de la diócesis, que fueron quienes firmaron una carta dirigida a Maulión pidiéndole que llevara el caso Ilarraz a la Justicia.
Algunos de esos religiosos testimoniarán durante los días en los que Ilarraz ha cito convocado para una pericia psiquiátrica y física, 6, 7 y 8 de abril, trámite que se aguarda con mucha expectación en la Justicia. Será la primera oportunidad en la que el sacerdote, que fue prefecto de disciplina del Seminario, pise Tribunales, y se enfrente a la posibilidad de que se dice su procesamiento y, eventualmente, su prisión preventiva.

PROTECTOR. No está claro cuál puede ser el aporte de Jacob, aunque durante el período en el cual Ilarraz fue prefecto de disciplina del Seminario, entre 1985 y 1993, ocupó el cargo de rector. Y además, testimonió en la investigación interna que se realizó en 1995 en la curia, ordenada por Karlic, a partir de las primeras denuncias de las víctimas. En ese trámite, fue el único que habló bien de Ilarraz.
El actual párroco de Nuestra Señora de la Piedad acudió a testimoniar en la investigación que instruyó Karlic la mañana del jueves 27 de julio de 1995. Lo recibió quien tuvo en sus manos la instrucción de aquella investigación diocesana sobre Ilarraz, el ahora párroco de la Iglesia Catedral de Paraná, Silvio Fariña Vaccarezza. No dijo mucho entonces. Una frase resumió su grado de conocimiento sobre los hechos que se le achacaban a Ilarraz. “Yo no sé nada”, dijo.
Cuando Fariña Vaccarezza lo consultó a Jacob en aquella declaración cómo era exactamente Ilarraz en su trato diario, respondió: “Se lo veía con celo apostólico, inquietud vocacional, entusiasmo con sus responsabilidades para atender a los más pequeños del Seminario Menor, que era lo que se le había encomendado. Creo que era piadoso, nunca vi nada en contra en este aspecto, inquieto y preocupado por su formación sacerdotal y preocupado también por la buena formación de los seminaristas”.
En 1985, fue nombrado vicerrector del Seminario, y en 1986 lo promueven al cargo de rector. Aunque también le cupo la misión de ser vicario general de la diócesis. También formó parte del consejo de consultores del obispo, e integró el consejo presbiteral, de modo que supo mucho de las riendas del manejo de la Iglesia de Paraná.
Jacob tiene el trato de monseñor luego de que el Vaticano lo designara como Prelado de Honor de Su Santidad, junto a Julio Metz y Cecilio Paul, nombramiento que en 2004 alcanzaran también Silverio Cena, Prudencio Percara, Ángel Riedel y Andrés Senger.
En su declaración testimonial en la investigación diocesana, Jacob respondió a una pregunta puntual de Fariña: si Ilarraz en el Seminario era querido por los seminaristas o si recibió alguna vez alguna queja. “En general, sí, era querido –respondió monseñor Jacob— aunque como con algunos muchachos parecía tener amistad más particular, algunos se resentían con él. De todas maneras, tengo entendido que de parte de los superiores se le advirtió de este problema. Tengo un recuerdo vago de que se le dijo, no puedo recordar si fui yo u otro quien se lo dijo, pero sí que se le advirtió el asunto, no se dejó pasar por alto esto. Lo que sí aclaro es que estrictamente se le advirtió esto, y nada más y no que se viera nada fuera de lugar”.

Fechas claves
Justo José Ilarraz se desempeñó como prefecto de disciplina del Seminario Arquidiocesano, a cargo de los adolescentes que cursaban el ciclo básico de la secundaria como pupilos, entre marzo de 1995 y marzo de 1993. El 5 de julio de 1995, Karlic firmó un decreto por el que dispuso “la realización de una investigación cautelosa” sobre Ilarraz a partir de las sospechas de que hubiese cometido “delitos graves” mientras integró el equipo de superiores del Seminario. Antes, en 1993, el mismo Karlic había firmado otro decreto por el que autorizó a Ilarraz a viajar a Roma a cursar la licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana. El permiso se extendió hasta 1996. Al año siguiente, Ilarraz volvió al país sin haber obtenido la licenciatura. Se radicó en Buenos Aires, dejó el sacerdocio, y después buscó cobijo en la Iglesia de Tucumán. El 18 de diciembre de 1996 Karlic firmó un decreto sin numerar por el que dispuso prohibir a Ilarraz “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas”. En 2004, Maulión firmó su excardinación, lo que permitió a Ilarraz quedar bajo la jurisdicción de la diócesis de Concepción, Tucumán.
Allí ejerció el sacerdocio en la pequeña localidad de Monteros, hasta que en septiembre de 2012 fue suspendido como cura. Ese año se inició la causa judicial por abusos en su contra, que todavía se tramita en la Justicia entrerriana.
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