El hecho sucedió el martes al mediodía, en un domicilio de calle Rondeau 794, donde estaban conviviendo dos hermanos, Franco Restano, que tiene 18 años y Carlos Restano, de 20, con sus respectivas novias: Estefanía Giménez, de 21, pareja de Carlos; y Camila, de 15 años, pareja de Franco.
Tras una serie de diferencias, que los llevaron a discutir el lunes por la noche, lo que incluyó escenas de violencia, el martes al mediodía el clima aún era tenso. Por este motivo, llegó a la casa de visita Magalí Giménez, hermana de Estefanía, quien tenía la predisposición de ayudar a calmar los ánimos y hablar con la quinceañera, la que continuó mostrándose irascible.
Nadie esperaba esta reacción. Ya nos había amenazado, a mí me agarró del pelo y me revolcó por el piso, pero no esperábamos que atacara a mi hermana de esa manera, mientras estaba sentada junto a la mesa. Entró desde el fondo, con una tabla y le empezó a pegar a Magalí en la cabeza con toda la furia, hasta que la dejó inconsciente, recordó Estefanía.
Magalí agonizó hasta el miércoles por la noche, cuando se declaró su muerte cerebral y poco después su deceso.
Ahora dicen que ella por la quinceañera es inimputable y recién aquí en el velatorio corrían versiones de que la van a dejar salir. Pero ella no es la única responsable, porque al lado de ella estaba Franco Restano, que tiene 18 años y no hizo nada para pararla. Él se reía mientras le pegaba e incluso cuando terminó, dijo algo como que se lo tenía merecido por meterse, dijo ayer una tía de Magalí.
Hay culpa de quienes hacen las leyes, hay culpa de los padres. ¿Por qué si los dejan votar siendo adolescentes, no los consideran responsables ante un hecho como este? Además, los jóvenes pueden tener su manera de pensar, pero me pregunto ¿qué pasa por la mente de los padres de esta piba, que la dejaron formar pareja aparte con 15 años?, expresó el tío de Magalí.
Destrozaron familias, porque Franco, el que no hizo nada para detener esta muerte, es el hermano de Carlos, el novio de Estefanía, la hermana de Magalí. Hay también una chiquita de tres años que vio como la mataba a palos y nadie le puede explicar por qué su madrina no está más, argumentaron.
Yo tengo mucha bronca, no me dan los ánimos para pedir justicia, porque sé que las cosas van a quedar así. Me siento con tanta impotencia que si me los cruzo no podría responder de mis actos, tanto con ella por Camila como con el otro. Me gustaría que alguna vez alguien defienda a las víctimas, y que si le dan vuelo y derechos a los menores, que también sepan lo que es un castigo cuando cometen un crimen, remarcó el tío de Magalí en declaraciones a El Diario.
