Al ser interceptado, en el barco iba un hombre de 62 años, oriundo de la ciudad de Rosario, quien se aprestaba a embarcar varias aves silvestres enjauladas, denotando una clara acción de caza, puesto que se le contabilizó casi medio centenar de pájaros de distintas especies, como por ejemplo: cardenales, juanchiviros y jilgueros.
Tras labrarse el acta respectiva, se dio rápida liberación a las aves capturadas y en cautiverio, para ser devueltas a su habitad natural, y se dejó constancia del secuestro de 36 jaulas, las que posteriormente se procedió a la destrucción pertinente a través de la acción del fuego.