Estaba en la vereda, debajo de unos cartones con los que solía cubrirse para mitigar el frío, según comentan quienes lo sabían ver por estos lugares. A veces entraba al hospital para pedir que lo ayuden con sus dolencias y para pedir algo de comer, comentó una fuente policial que se ocupó de las primeras actuaciones. Según los comentarios este hombre sería de apellido Muñoz, pero nadie sabe su nombre ni detalles de su vida. No se le encontró documentación ni parientes que alguien le conozca, como para establecer fehacientemente su identidad, por lo que se tomaron sus huellas digitales para tratar de buscar en Antecedentes Personales si se encuentra asentado en el registro de personas documentadas, expresó a El Diario una fuente policial.
A las personas que se acercaban a curiosear, les llamaba la atención el fuerte olor que emanaba del lugar, tal es así que llegaron a pensar que el cuerpo llevaba algún par de días allí, pero aparentemente el deceso se produjo este lunes y las emanaciones del cuerpo seguramente se deben a la situación calamitosa en la que estaba sobreviviendo este hombre en situación de calle y con dolencias que a la intemperie o con el frío de los días anteriores deben haberlo torturado mal, dijo uno de los uniformados.
Otras fuentes confirmaron que la jueza de Instrucción de turno resolvió que el cuerpo sea trasladado a la Morgue Judicial de Oro Verde para que se establezca cual fue la causal de la muerte, aunque a simple vista no se le advertían signos de violencia.
No son pocas las personas que suelen pernoctar en los duros sillones de las salas de espera del Hospital San Martín y que, cuando comienza la actividad diaria, al amanecer, mientras se trapean los pisos, salen a la calle y tratan de empezar la diaria lucha por sobrevivir a través de la limosna.
